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Mostrando entradas de 2011

Cerramos el año

Mi calendario por fin agotó las páginas de días que contenía. No, no tengo tristeza por esos días pasados y ahora ausentes, tengo la esperanza de las nuevas hojas, los retoños, la futura cosecha. Tengo un balance personal muy favorable: hallazgos inesperados, gratas sorpresas, viajes deliciosos. De las dolencias no me acuerdo porque son cotidianas, y los dolores extraordinarios van sanando. Siempre hay incertidumbre, la curiosidad de asomarse a esa forma incierta del tiempo que viene a llenar nuestros días, esos amaneceres que desconocemos. Cierto, también hay uno que otro propósito para seguir creciendo, para tratar de entender, para seguir dando, que es el modo de volverse rica. Esta casa de letras y vivencias que mantengo abierta seguirá dando cuenta de las pequeñas cosas que acontecen en mi vida y en el mundo que habito, o en los mundos que habito, para seguir registrando los momentos que con el paso de los días pudieran olvidarse y que me gusta compartir. Es mi memoria abierta

Diferente paseo

Ayer, por el frío, me quedé en cama a pesar de que avanzaba la mañana. La tarde anterior había tenido una descompensación que me hizo sentir demasiado cansada y al despertar no me sentía con energía. Pero vino un ángel y con sus argumentos me invitó para salir a dar un paseo ¡en bicicleta!. Para comenzar, no sabía si podría guardar el equilibrio después de que aprendí a andar en bici cuando tenía quince años, y nunca más me trepé en una. Pensé en mi columna pero pudo más el gusanito y nos lanzamos. Valía la pena el paisaje, sobrio pero hermoso, el olor de las plantas, los colores de la mañana. Y haciendo de tripas corazón, y luego de que se me caracterizó como si fuera muy "pro", intenté el pedaleo. Como dicen, es algo que nunca olvidas. Luego de algunos titubeos por miedosa, pude recorrer un tramo del camino donde estábamos. Claro que mi columna me pasó factura, al poco rato tenía dolor intenso pero iba preparada con una pastilla. Ya pasó, ya vi dos cosas: que sí puedo a

¡Una catrina creada para mí!

¿No es hermosa ella? Mi amiga Viki Terrones es una artista que gusta de obsequiar sus obras. Hace dos años me mandó decir que había hecho una Catrina para mí, pero como vivimos lejos, todo ese tiempo duró la obra en sus manos... hasta hace unos días. Al fin pude ir a su taller y conocer su trabajo. Y tuve en mis manos y palpé y aprecié esa delicada Catrina vestida de novia que hizo para mí. Es mucha emoción que una artista como ella haga una obra pensando en mi, me hace sentir importante y comprometida. Aquí se las comparto, ahora otra reina en mi casa, entrando por la puerta grande...

Otro amanecer en casa

Con las secuelas de una convivencia familiar inusitada, el resabio de la fiesta navideña, el cansancio del viaje, los estragos de la comida, la alegría de los hallazgos y regalos... y la esperanza renovada, ya saben que cualquier pretexto renueva mi optimismo a ultranza... Es un amanecer indefinido: la alegría de estar en casa pero la realidad de amanecer sola después de las presencias brevemente cotidianas y queridas, un clima frío que parece helado, unos recuerdos que apenas comienzan a serlo, de tan nuevos. Pero de nuevo aquí, rebuscando las letras debajo de esta música que calma, entre mi edredón de plumas para seguir en las nubes, con mi insaciable sed de café, idéntica a mi insaciable sed de amigas y de amigos, con ecos de la voz de mi hermana, mi madre, mis hijos, mis amores... Aquí otra vez con la puerta abierta de mi casa, para todos ustedes, la puerta abierta de mi corazón y de mis días.

Novedades en casas ajenas...

Se queda una en una casa distinta, con sonidos y olores diferentes, y un poco cohibida  por no conocerla tan de cerca y sin embargo estar ahí metida, sola y a sus anchas... Para apagar al silencio, busco el aparato de radio. Desconozco, entre toda la gama de aparatitos idénticos que veo, cuál será el que me permita escuchar voces o música. Encontré uno que, luego de conectarlo ya que en esta casa tienen la muy saludable costumbre de desconectar los aparatos cuando no se usan, prende unas lucecitas que indican CD... y de ahí o pasa. He oprimido todos los puntos, luces, botones y cuanto he calculado que sirva para poner el radio y nada... Y esto fue luego de usar la computadora prestada de la casa, en la que nomás no hubo modo de poner radio por internet, ya saben que estoy prendida de PlayMistyForMe y eso tampoco pudo ser porque no supe cómo rayos hacer que sonara la computadora, que es absolutamente muda. Entonces me resigno y pienso que bueno, quizá un poco de tele no me descomponga

Reunión casera

En mi casa, que es la de todos. Las amigas quedaron de llevar alguna cosa: ensalada, postre, ponche... llegaron las primeras, muy puntuales, y empezaron a circular los exquisitos mezcales de Oaxaca... Al segundo recordé que tenía que hacer la pasta y me levanté a ponerla a cocer. Llegó más gente, servimos más mezcal. La casa calientita con velas encendidas y afuera la lluvia, las que iban llegando entraban mojadas. Mayor razón para darles mezcal. Laura me estuvo asistiendo para hacer la pasta y llevarse la receta que me enseñó otra amiga poeta de Uruguay. Yadi dispuso su hermosa ensalada en una fuente y al cabo, cuando estuvimos completas, ¡a cenar! con la mesa llena de dulces que tenían los aguinaldos que repartí y que se acostumbran allá en mi tierra en canastitas de palma o de papel, pero en este caso fueron de palma porque yo tenía unas y mi amiga Deyanira Masterreiki me regaló otras ahora que nos vimos en Orizaba. Estuvimos recordándola, incorporándola a nuestra reunión, seguro

Caminando con los ojos cerrados

Para Norma Durand y Fausto Mayoral Ladeo la cabeza para oír mejor: un pequeño susurro puede guiarme. Mis manos extendidas son antenas en espera de  texturas, arrugas, aristas, ventanas que den al viento, balcones que apunten al sol. Las plantas de mis pies perciben rugosidades en el piso, piedras pequeñas como botones que cierran bolsillos de banquetas, fracturas que parecen abismos, desniveles... Mi nariz ávida otea, aspira los aromas que me guían más allá de las fronteras. Detrás de mí la luz, pero también dentro de mí, en este corazón con ojos que al final de las oscuridades siempre encuentra, alumbra y se enamora...

Apuntes en un cuaderno viejo

Sábado 9 de julio de 2004 Lecture Department. Collage. Liz Durand Así comienza un día: con el sonido sordo del ventilador y la ventana encandilada. Afuera bufa el camión de la basura. En su caja duerme la gatita, esa pelusa huérfana que recogimos y no quiso morir al pie de un árbol, que llora con modestia porque ya está enterada de mucho a lo que no tiene derecho... Afuera de las sábanas mi cuerpo para empezar el día, como si no hubiera cambios ni estuvieran a novecientos kilómetros mis cosas y mis libros, mis amigas, un hijo y una historia. Comienza con el antojo de un café, los gorjeos del verano, voceros de la próxima canícula -Dios nos agarre confesados- y la presencia contundente del sol en este nuevo lugar. Una ciudad es todas las ciudades y aquí también hay tulipanes frente a mi ventana. Sé que faltan las piedras, los faroles, que las iglesias son distintas. Pero al final, después de tanta maleta y despedidas, pongo los mismos discos, escribo en mi libreta y me procuro un

La poesía de la cocina

Blanco destello en la cocina deja salir al sol cuando se rompe. Un ariete de pan desparrama untuosa yema, tesoro matinal que me hace el día.         Recelosa, contiene sus jugos la naranja, que despide su aroma mientras la desgajo y sus olores se abren como pétalos cuando entran al jardín de mi boca.          De pronto una ráfaga amarga, un olor ofensivo y en mi lengua las agujas de una medicina casi rompen el éxtasis de mi desayuno.           La exótica canela me rescata: a punto de romper hervor, el agua recibe una varita que derrama olores como incienso. Tenue color en la taza, y en mi boca, sabores de la infancia.

Una vajilla al fin

Debo haber tenido veintipocos años cuando por primera vez me enamoré de esas imágenes contenidas en las vajillas que pintan a mano nuestros artesanos... Pero entonces, y por mucho tiempo, no podía hacerme de una porque había que tener dinero para colegiaturas, pediatra, transportes, comida, renta y todo lo que implica crecer a una familia. El caso es que el año pasado tomé la decisión de encargarla, y con la infinita paciencia de una vendedora en línea estuve intentando armar algo que pudiera yo pagar: ¿y si cambio la taza? ¿Y si mejor sin plato? ¿Y si menos piezas?... En fin, luego de armar y desarmar para ajustarme a un presupuesto, que aunque no sea extraorbitante siempre depende del bolsillo de donde salga, la encargué y me pusieron en la lista de espera donde me correspondía, pues muchos extranjeros piden estas vajillas. Luego de unos meses, me informaron que ya podía recogerla... en el DF. Mi hijo pasó por ella y la tuvo hasta hace una semana, que al fin la envió por Estrella B

Aquí comienza la lluvia

Tímidamente, diría yo, pero constante. No tiene la gran voz de los aguaceros de mi tierra, el ímpetu rugiendo por las calles o veredas en los bosques. Pero en cambio su murmullo arrulla, nutre, consuela de la sed a esta tierra reseca y poco verde... También provoca a buscar el calorcito, meter la cara en el vaho del café, encender velas, comer con los amigos alrededor de la mesa. ¡Ah, la lluvia!, siempre vida, siempre en mi vida.

Potty encontró su hogar...

Las redes sociales, virtuales o no, cumplen sus funciones y así es como Potty, luego de permanecer en mi casa por una semana mostrándome lo que es un gato, algo con lo que nunca había yo tenido mayor contacto, y desparramando su belleza a cada paso, ha pasado ya la noche en su nuevo hogar. Decía que gracias a las redes sociales porque por ese medio solicité el albergue para la gatita, y en dos días Laila se comunicó con mi hija y proporcionó los datos de la nueva feliz mamá de Potty. Me quedo con el intenso brillo de sus ojos verdiazules, la suavidad de su pelaje deslumbrante, sus exigentes maullidos, su curiosidad infantil. Se lleva, naturalmente, mi corazón.

Calma, calma...

Estoy en los Quinientos Escalones, en Orizaba, Ver. y la idea era "No tengo prisa"... con decirles que todavía no llego!!!

La historia fue así...

Ayer cuando salía poco antes de las tres de la tarde de casa de mi amiga porque había terminado mi parte de colaboración en el trabajo en que la ayudé, encontré a un minúsculo bicho peludo y cuadrúpedo en la puerta, Ante las amenazas de que lo corriéramos tirándole agua y demás salvajadas, lo metí a mi coche para llevarla a la veterinaria para que se le buscara hogar. Blanco, de orejas puntiagudas de color ahumado y el rabo de igual color, con ojos de un azul claro e intenso y un comportamiento digno de diploma, se fue maullando un poco en el asiento trasero. Más adelante mi auto se puso raro, perdió potencia, se encendieron luces en el tablero indicando alguna falla y me detuve de inmediato para estacionarme. Mientras pedí ayuda y en lo que llegaba compré en la esquina un poco de alimento para el bicho que ya francamente tenía cara de gatita. Llegó la ayuda, llegó el mecánico, mi auto se trasladó al taller y yo metí a la gatita a mi bolso para llevarla a casa, pues ya no tenía maner

Del café

Ya conocen mi gusto y mi delirio por el café: su aroma, su textura, su sabor, el momento en el que lo disfruto, la taza que lo acuna... Así que entenderán mi alegría en los días en que estuve en casa de Mauricio mi hijo, porque diariamente me ofrecía cafés etíopes, cafés fuertes, cafés exóticos, ristretos o expresps o expeso americano o latte... así, sin ningún glamour de mi parte, simplemente levantada de la cama, sin la cara lavada, con el resabio de los sueños aleteando alrededor de mi cabeza, tuve el grandísimo gusto de tomar mi primer café del día a lo grande, con Mauricio de barista y la vista del Distrito Federal desde el sexto piso de San Pedro de los Pinos...

Retrato de una loba

Bueno, tengo una amiga Loba que me causa admiración porque la veo trabajar como si fuera una locomotora, estar pendiente de millones de cosas a la vez, y es capaz de escuchar y sentir la música al mismo tiempo, y las horas sin sueño o sin reposo no hacen mella en su ánimo porque no la percibo tensa ni molesta ni incómoda, y pasa de un tema a otro como si acabara de soltar cualquiera... en fin, una de esas guerreras de las que abundan por el mundo para dicha de propios y extraños... Lo malo es que no me ocurre lo mismo, imposible seguirle el paso cuando vengo llegando de un viaje agotador en lo físico y emocional, por más que me haga fuerte el espíritu. Mi columna aunque no está grave está resentida y sé que debo cuidarla porque en unos días vuelvo a viajar... El cuerpo resiente, percibe, guarda. Mi cuerpo, como bien me he dado cuenta, tiene mejor memoria que yo, y es sorprendente, sencillamente no puedo escribir en un teclado si lo miro, porque entonces la vista toma el mando y no mi

Retomar el trabajo y las rutinas

Después de estas últimas casi cuatro semanas, es duro retomar la costumbre de cada día, pues me tocó vivir  cosas extraordinarias y tener encuentros de toda índole constantemente. Ahora volver al relajo de las entrevistas, de armar carpetas y de intentar entender el caos que está extendido frente a nosotras en el equipo de trabajo, es difícil, pero con la buena actitud de todas, el entusiasmo y las ganas de sacar esto adelante, nos la pasamos mejor y en una de ésas, obtendremos el resultado que esperamos. Nuevos proyectos, nuevos días, una que otra esperanza, pero encima de todo, mucho material brillante y valioso en el corazón en estos días. Y el corazón, más grande que nunca... Gracias por la foto de Yajaira Pinilla en Tlaxiaco, Oax.

Fotos de Orizaba 2011

La casa de mi abuelo, de piedra. Al fondo, la Parroquia de San José Mi escuela Centro Educativo Obrero, ahora Palacio Municipal Siempre con mis modos, con Ana en el Palacio Municipal Lo que fue antes el Palacio Municipal y ahora Cafetería Antiguo Palacio Municipal de Orizaba Al centro el bolsas grandes, la increíble y deliciosa !papa extranjera" Palomas en un balcón Herrería creada por don Manuel Goytia Nava, mi abuelo A mucha honra, tenemos todavía muchos indígenas en la ciudad... maravilloso atuendo

Lástima que terminó...

Las cosas no son eternas, pero el sabor y el sentimiento que nos deja este XIX Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes serán permanentes en los corazones de las 45 mujeres que probarmos las mieles de la poesía de la Mixteca, su gente, su paisaje, su comida y sobre todo, su generosidad que no conoce límites. Sin conocernos, fuimos hospedadas en las casas, alimentadas, cuidadas, mimadas. Nos devolvieron a casa con regalos, con un corazón más ancho y con la fe y la esperanza crecidas. A algunas las hicieron recordar sus raíces y sentirse orgullosas, a otras nos hicieron recordar por qué estamos aquí y por qué y para qué somos poetas. El fundador, creador de este encuentro único en el mundo según se dice sin pretención de nada, Emilio Fuego, es un extraordinario ser humano que jamás ha dejado caer su fe en la cultura, la educación y el arte de hacer saber sobre todo a los niños que la palabra, la poesía, es un arma contra la desigualdad y la injuusticia entre otr

Arranca XIX Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en la Mixteca

Esta tarde a partir de las 18:30 horas se inauguran las actividades del encuentro, en el Museo Nacional de Arte MUNAL, en el corazón del DF, con la lectura de algunas de las decanas que a lo largo de los años han formado parte de este interesante y atractivo proyecto de Emilio Fuego. Voces de mujeres del mundo, voces nuestras, emociones, reflexiones, serán compartidas en este singular trayecto durante una semana por la Ruta Dominica, sus comunidades y su gente, misma que recibirá en sus casas a las poetas que este año los visitan en Tlaxiaco, Tamazulapam, Huajuapan de León, Nochixtlán, Yanhuitlán, Oaxaca y Tepescolula. Como todo mundo sabe, mi voz de poeta fue hecha pública en ese Encuentro por primera vez  por los inicios de los años noventa, cuando sorpresivamente recibí una invitación para figurar así, como poeta, algo que yo no me atrevía a asumir siquiera. Pero la magia del encuentro y todo lo que sucede en él me fundaron el compromiso con la poesía y me motivaron para, como agra

Otra ciudad, otras conexiones...

Me tocó el cambio de horario en el aeropuerto, de modo que en lugar de esperar dos, esperé tres horas para mi vuelo, y luego amanecí en el DF a las siete de la mañana, o sea que mi noche se redujo a tres horas de sueño, pero lo primero es lo primero y no dormí durante el día porque nos fuimos a la calle, a ver la ciudad y acompañé a mis hijos a las compras. El ambiente es navideño, aunque supongo que falta todavía lo peor... Este día lo he pasado cocinando un poco, haciéndome amiga de la Goma, que no deja de gruñir en cuanto me acerco, trabajando y poniéndome en contacto con una de las organizadoras de XIX Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, que este año inicia con una lectura de poesía en el Museo Nacional de Arte del DF, el miércoles 9 de noviembre a las seis y media de la tarde. Previamente habré tenido el gusto de coordinar las habitaciones que ocuparán las participantes en el hotel asignado para esa noche, ya que a la mañana siguiente partiremos en

Otra visita de la Catrina, una más

Nuevamente, como desde hace nueve años, he llevado a pasear a mi Catrina. Gracias a sus amigos y familia que siempre la han acompañado y asistido, y gracias también al Catrin que se animó a asomarse a este mundo para acompañarla. La ofrenda de la foto está en el Centro de las Artes de Ensenada, y la estupenda foto es, como siempre, de Olivia Paredes;  la pintura corporal del maestro Merino Feliz Día de Muertos, conservemos y valoremos nuestras tradiciones. Los abraza la Catrina

Se nos termina octubre

Comienza el aire frío, el otoño se arrellana en las calles, la luz se achica un poco. Hay que arroparse por las noches, buscar bebidas calientes o que nos calienten, y además, prepararse para la más grande fiesta en la tradición mexicana, que es el Día de Muertos. Hace ocho años que me propuse dar a conocer a la Catrina de Posadas en el norte, porque para mi asombro, el norte estaba lleno de fiestas de disfraces ensangrentados y grotescos según mi humilde opinión. Entonces, como alucinada, decidí llevar a la Catrina a las calles, escuelas y museos. Primero fue en Monterrey, donde hizo camino por algunos años en el Parque Fundidora -con talleres de catrinas y calaveras y toda la cosa- y muchos otros lugares. Ahora, desde que estoy en Ensenada, en Baja California, la Catrina sale a los bares porque en el espacio para el arte y la cultura local no la han admitido formalmente, aunque ella de todos modos se da sus vueltas por el espacio. Anoche la llevé a una lectura de poesía en la uni

Y si yo viera... (enviado desde el rincón de la depre)

¿Y si yo viera a través de la bruma? Si adivinara la otra orilla, ese extremo que también me conforma, trozo de noche que se esconde en mi pelo... ¿Y si yo viera? Si pudiera mantenerme en el sueño donde las cosas son ingrávidas y no pesan ni duelen... Y si yo viera que lo que debo hacer es más sencillo, ligero como el globo de mis nueve -pocos- años... ¡Y si lloviera! y el agua me fundara, si mis líquidos huesos ya o se detuvieran y pudieran correr como los ríos hacia la fuente final que nos aguarda...

Otra importante ausencia

Ahora del maestro Miguel Ángel Granados Chapa, que nos deja totalmente descobijados y sin Plaza Pública. Como dije: Cuánto luto, cuánta ausencia. Cuánta necesidad nos deja de seguir orientándonos con esa luz precisa. Que descanse en paz, sobra toda palabra.

Preparativos para Día de Muertos 2011

La Catrina con el maestro Francisco Merino en el Café Arábiga, Ensenada BC, 2010 Comienzo a calentar motores para sacar de nuevo a la Catrina. Este año, puesto que ya es bien conocida por aquí, me antojo de hacer una intervención a su atuendo, y además, por primera vez ¡tendrá Catrín!. Los buenos amigos están haciendo sus aportaciones para que tal cosa se logre, y por lo pronto, gracias al hombreballena-hombredelamancha el catrín llevará un elegante sombrero que viene desde España... Por lo pronto estoy diseñando un cuello especial para la Catrina... El año pasado el maestro Francisco Merino le dio su toque, y esperamos que este año también pueda hacerlo antes de regresar a sus lares a causa del invierno... El día 27 de octubre será la primera presentación en los altares de la UABC en Valle Dorado aquí en Ensenada.

Andar entre las lobas

Solitas se atraen y se juntan, a veces para salir de caza: buscan alegría. A veces, ni modo, para lamerse las heridas. Pero también para sanarse entre ellas, exponer las alhajas escondidas, sacarle brillo a las memorias, encontrarles nuevas caras... En las correrías nocturnas exploran otras voces y otros rostros de sí mismas, hacen descubrimientos divertidos, pierden la cabeza, se ahogan de risa... A veces, -y ellas quisieran que fuera más seguido- sencillamente se juntan a desayunar, como este día.

Cuando las cosas "crecen"

Esta mañana me dirigí a mi refrigerador para hurgar en su interior en espera de un hallazgo para mi desayuno. Había olvidado por completo que desde ayer por la tarde había quedado convertido en "El Señor Reri", gracias a la alquimia de cierto hechicero que lo hizo subir a las alturas, al menos a las mías. Paola dice que ahora está tan altísimo que capaz que haya que hacerle reverencias... Yo sólo sé que mi columna dejará de flexionarse en busca de cebollas o jitomates porque ahora todo queda a mi medida. Ah, encontré para mi desayuno una buena dosis de ánimo aromado con deliciosas energías que me alcanzarán para pasar un día estupendo, con todo y gripa.

Poema de viva voz

Trámites para el pasaporte

Sabía que las fechas para acudir a la cita de tramitación estaban siendo proporcionadas hasta con dos meses de distancia. Cuando llamé al número donde proporcionan las citas, me dijeron que podía pedir una extraordinaria (dos semanas) por 380 pesos. Accedí, y me dieron la fecha diciéndome en qué lugar debería presentarme. Por angas o por mangas no me acordé de la cita y no acudí, y fue hasta entonces, al comentarlo con una amiga, que me enteré de que tenía que haber pagado la cita antes de presentarme. Volví a llamar para reconcertar la cita y pregunté lo más que pude: ¿dónde tengo que pagar, cuánto, etcétera?. Me dijeron que en el banco, pero debería pasar a las oficinas de los pasaportes por el formato que hay que llenar. Lo hice. En el banco no sabían nada sobre el pago de la cita. Me salí para preguntar por teléfono y me dijeron que no, que la cita se paga en cualquier oficina recaudatoria municipal, que el banco sólo cobra el pasaporte... Volví a sacar ficha en el banco para pa

Los códigos que no entendemos

A veces siento que al hablar, ocurre como si usara distintos idiomas porque mi interlocutor/a no entiende nada, o entiende todo diferente. Me he hecho cruces, me he desesperado, he llegado casi hasta el enojo por eso, pero ninguna de esas cosas mejora la situación, sino al contrario, puede hacernos rodar por un enorme abismo de confusión y malos entendidos. Ya en la soledad procuro reflexionar al respecto, me pregunto qué ocurre, por qué no puedo entender los mensajes o no me los entienden. Entonces veo cómo cada cabeza es un mundo, viene de mundos distintos, y tiene -tenemos- sencillamente, diferentes códigos para entender las cosas. Si tú y yo no tenemos los mismos códigos, habrá que estar preparados: en algún momento ocurrirá eso que tanto me desconcierta y puede que me lastime. Sin embargo, como con los idiomas, una puede aprender a leer ciertos códigos, se va familiarizando y eventualmente será capaz de leerlos sin desfiguración, sin dramas y sin mayores consecuencias.

Visitación de la música

Estoy iluminada apenas por la lámpara del buró, tendida y arropada en mi cama con frazadas cálidas y perfumadas. Me dispongo a escuchar música, me recuesto respirando profundo. Los acordes comienzan de manera lenta y dulce, inundan la habitación tenuemente y subo el volumen para meterme más, para inundarme toda. Continúa la música y comienza la voz con sus distintos timbres y emociones... empiezo a sentir la resonancia en mi pecho, respiro un soplo distinto y armonioso. Sigue el sax, sigue el piano, sigue la voz cantando esos poemas que dicen cosas que conozco y siento. Me crece el pecho, me siento tan feliz, reconciliada, en paz. Nada desentona, todo es vibración por dentro y por fuera como una sola cosa. La luz pequeña de las lágrimas acompaña mi enorme dicha, mi sentimiento de estar aquí gozando de ser yo, de ser querida, de ser única, de haber recibido siempre tanto, de tener las manos y el corazón abiertos a la alegría y al amor... Sigue la noche. Mi memoria reciente

Para mis lectoras y lectores

Ayer he recibido comentarios anónimos de una lectora que conozco, de quien no sabía yo nada desde hace mucho, y me ha sorprendido gratamente su visita llena de cariño. La conocí porque era asidua al mismo café que yo, y nos saludábamos. Después le compartí que escribo en un blog, y luego dejé de verla. Los comentarios que ustedes, lectoras y lectores envían a mi correo, sus visitas, es lo que me obliga a escribirles. No puedo mencionarlos pero están aquí incluidos y tienen que saber que cada vez que escribo en este espacio -que es nuestro- no me ocurre como al principio, que lo consideraba mi diario. Ahora sé que otras miradas acarician estas letras y las convierten en conversaciones cálidas, cercanas. Estar con los demás, con los amigos, la familia, siempre me ha nutrido de especial energía. Ustedes lectoras y lectores, me han acompañado por las vicisitudes de la vida, me han dado sus palabras de aliento, me ha reconfortado su sola visita. Para ustedes gracias, brindo por la amis

Otro cumpleaños

Ahora es ella, la niña de mis ojos, Paola. Hace tres décadas y tres años que tuve la inmensa dicha de tenerla por primera vez en mis brazos, toda llena de rizos, con sus ojos inmensos. Ahora no tenía preparado el festejo debido a las molestias de mi columna y a varios compromisos que tuve que atender fuera de la ciudad y que me dejaron por consecuencia mi dolor y la inmovilidad... Pero con lo que había, preparé una micro fiesta: el mantel que le bordé cuando era niña con los dibujos del cuento de Blanca Nieves, y mucho papel de china con el que adorné las lámparas. Iris, otra de mis cómplices, me llevó a buscar el pastel, los gorros, los espantasuegras, los platitos dibujados y las velas. ¡¡¡Felicidades, hermosa!!! Sencilla, cómoda, íntimamente, en casa y con quienes comparten con nosotras el cariño, festejamos la alegría de estar juntas.

Fiesta en El Tule

Hace tiempo que había escuchado de este rancho, y tenía ganas de conocerlo. Fue hasta este jueves, precisamente el día 15, que se me hizo. El lugar antiguamente era una posta, calculamos que ahí descansaban y pasaban la noche los vaqueros o viajantes que venían de Maneadero  o Ensenada, y se detenían ahí para que las bestias descansaran de la subida. Ahora es un rancho donde hacen vino y queso, cuyo propietario, Don Heriberto, comenzó por hacer reuniones con sus amigos tocando música. Él siempre regalaba el vino, pero con el tiempo se fue haciendo cada vez más grande la reunión y un buen amigo le aconsejó que hiciera esas reuniones abiertas al público y cobrara el vino. Así es como sucede ahora, los jueves y domingos. El vino es rico, pues según supe, el tipo de uva que tienen sólo se da en ese rancho. Y además es barato. Generalmente la reunión es en el fogón, pero esta noche había mucha más gente debido al festejo de la independencia, así que estábamos por todos lados. La edifica

¿Piropos en estos días?

Me refiero a mis días, que son ya tantos. Me alegra muchísimo recibir algún piropo en la calle, porque sé que no se debe sino a una apreciación bien intencionada: no soy jovencita, no enseño la panza, no tengo pompa, etcétera. Supongo que los señores que me han lanzado piropos respetuosos por cierto, lo que ven es ese gusto por estar conmigo misma y aceptarme. A media mañana salí al banco a hacer un depósito porque resulta que la banca electrónica, adivinaron, no me funciona y dijeron los angelitos bancarios que debo cambiar mi Mac por una PC normal para que jale, o sea, como si ellos pudieran cambiar de cerebro, pero eso es otra historia y no me voy a desviar... Prefiero la parte buena de la salida al banco, que fue que una señora que estaba platicando con un señor en la banqueta de pronto me señaló y le dijo "Mira qué muchacha tan bonita, qué bonita va vestida". Le agradecí con todo mi corazón y convertida en sonrisa. Porque primero, me dijo muchacha, y luego me vio bon

El apagón

Todavía estoy sin saber nada sobre el apagón ocurrido en toda esta región: Ensenada, donde vivo, Mexicali, Tijuana, Rosarito, Tecate, San Diego y Los Ángeles, hasta donde me enteré recién ocurrió. Al parecer corrió la voz de que duraría 24 horas en retornar el servicio, así que salimos disparados a comprar pilas, velas y hielo para conservar la comida del refrigerador. En mi caso, encontré cerradas las tienditas, y en el supermercado no hubo hielo. Además estaba complicado manejar sin semáforos, así que preferí regresar a mi casa, no tengo tantas cosas en el refri y siempre tengo velas. Para mi joven vecina estar sin electricidad por varias horas es algo totalmente novedoso, y cuando le platiqué que cuando yo era niña no había teles ni refris en todas las casas, puso tremenda cara de asombro. En fin, esta fue una tarde-noche diferente, de silencio y luna, porque su luz alumbró a todas las personas que salieron de sus casas a conversar con los vecinos, y fue ocasión para recuerdos...

Lo que me dice Steinbeck

De ratones y hombres es el libro de John Steinbeck que me di a la tarea de leer. En resumen se trata de un disímil par de personajes: George es pequeño, ágil y de semblante serio. Lennie es un gigante con fuerza descomunal cuya mente no llegó quizá a los diez años. Juntos recorren campos de cultivo en California, trabajan donde pueden y viven al día. Pero son diferentes al resto de los trabajadores porque tienen el gran sueño de poseer un tramo de tierra y trabajarla para ellos, aunque claro, encontrarán dificultades para conseguirlo. Entiendo que el autor retrata a la condición humana, al hombre. Por un lado está el buen juicio, la inteligencia, la seriedad, pero en el otro está la fuerza, que aunque no fuera desmesurada, no sirve de mucho cuando no se sabe qué hacer con ella. Peor aún, puede ser destructiva y autoaniquilante. Un ser humano disectado es lo que veo en la novela. Un ser que enfrenta situaciones que pudiera controlar si pudiera vencer a los impulsos y prefiriera ref

Calor y reminiscencias

Ahora que estamos disfrutando este verano caluroso en Ensenada, recuerdo la primera vez que experimenté calor extremo. Porque en mi tierra el clima es benévolo y cuando sube la temperatura siempre tenemos a la mano ríos y arroyos para refrescarnos. Pero aquella vez yo tenía ocho años y acabábamos de llegar al puerto de Veracruz. Sentía como si respirara agua, los cabellos se me pegaban en la frente y los ojos, y jalar aire no servía de nada. Mis hermanos y yo buscábamos la manera de refrescarnos: si nos pegábamos a las paredes, estaban calientes. Si abríamos llaves de agua, igual. Los abanicos de cartón primero se nos desbarataban que quitarnos el calor... Simplemente quedamos como ligas estiradas, tirados en el piso inmóviles por el sopor, sin apetito y con el estómago inflado de tanta agua que tomamos,  pensando en las aguas cantarinas y frescas de Orizaba...

Desveladas

El sueño puede escapar por muchas razones: si estamos felices, infelices, enfermos, solos, preocupados... la mente comienza a roer el pensamiento que se desmigaja y multiplica, nos convertimos en una cajita con la misma música en todos los tonos sin que termine la cuerda, o al menos, no en las horas en que dura la noche que así se nos escapa con sus luceros y promesas de camas luminosas y lámparas acogedoras.

Se me acaban rápido los días

Este mes, no sé si a fuerza de festejos o de acontecimientos, se me desapareció con una velocidad que como dijo el profe Merino, "me da miedo". No puedo evitar recordar los días aquellos en los que esperaba impacientemente que transcurrieran los meses y los años para por fin cumplir quince. ¡Qué lento escurría el tiempo! Ahora el pulso de la vida es distinto para mí, para el mundo. Y no sé si puedo cambiar la velocidad o ya metida en esa inercia me tengo que poner a vivir también de prisa. Lo que no quiero es que la velocidad me arrebate los detalles, porque es de lo que vivo. Tendré que aprehender, supongo...

Cuando no puede decirse todo o ¿Cuándo no puede decirse todo?

Siempre digo todo. Yo misma saqueo mi interior como si no quisiera guardar nada, y lo que tengo en la memoria y en el corazón a veces es como un tapete que saco al sol, lo cuelgo de la tapia para sacudirle el polvo, para compartirlo y volver a guardarlo en el arcón donde se van juntando mis años... Para mí, dejar salir mi sentir es una conquista, por eso es tan difícil que me detenga cuando hablo, cuando digo las cosas que me han pasado. Soy un libro abierto, no proceso lo que tengo adentro antes de entregarlo. Y mucho menos me detengo. Sé que al no pasar el cernidor, a veces mis palabras pueden llevar cascarilla, pero todos sabemos apartarla. Os invito a no temer a las palabras, a escuchar todo sin aprensión. Las palabras y lo que nos dejan son como los aromas: hay buenos y malos pero no nos pasa nada solamente por percibirlos, y siempre pueden servir de referencia. No me gusta sentirme castigada por las cosas que digo porque a alguien no le gusten. No me gusta censurarme o sentir

Cuando se juntan las lobas

Hace rato que no nos vemos, todo inició con el club de lectura del libro de Mujeres que corren con los lobos, y se desenrolló entre el grupo un listón de amistad que seguimos desatando. A veces ocurre que los tiempos no coinciden, o quizá tampoco los espacios, y nos mandamos letras y nos deseamos buenas cosas a distancia. Pero como manada, a veces necesitamos reunirnos. Y esta tarde noche, aunque no haya luna, nos estaremos solazando con nuestras aventuras y seguiremos descubriendo las cosas por las cuales nos hemos acercado, y seguiremos disfrutando de esa alegría desbordada que nos pone de risa como si nos hiciéramos cosquillas...

Milagros, Milagros...

Hace tres años mi amiga Alicia de Huajuapan me pidió salir a ver a su terraza la flor de un cactus que sólo florea una vez al año, y quedé maravillada, tanto que me regaló un piecito que traje con cuidado y con esperanza de que mi dedo verde hiciera que pegara... Cada año me dio puntual su flor, pero este invierno fue duro para ella, que se puso toda negra y no pensé que se recuperara... Sin embargo, el milagro de la naturaleza floreció, y aquí está la sorpresa:

Culture Beat

Muy buena sesión musical anoche en ese centro cultural alternativo que tiene la ciudad. Hip Hop y Son Jarocho, expresiones contemporáneas y tradicionales, modo de los jóvenes para cantar sus decires, sus pensares, y muy buena música y zapateado. Los grupos manifestaron su compromiso social, su conciencia y el apego a las raíces, pues los grupos soneros están conformados por migrantes de Los Angeles y Arizona, y aplaudo el esfuerzo por recuperar la música y el baile tradicionales pero agregando las inquietudes sociales de la actualidad, marcadas por su condición de migrantes. La comida rica, el ambiente prendido y la compañía, ¡la mejor! http://youtu.be/9BRdL0AwyAk

Más cumpleaños!: Iris

Al centro Iris, con Nydia y Liz en la verbena Ella es Iris, ya lo saben. Está cumpliendo otro año de vida para beneplácito propio y de quienes tenemos la fortuna de contar con su amistad. Inicia otro año de luchas, proyectos, apuraciones, diversión, crecimiento, alegría y todas las cosas que ella tiene para dar y que tanto comparte sin miramientos. Es una persona que siempre se da sin requisitos y a quien saludo cariñosamente desde aquí.

El poema matutino

Estoy diciéndole que sí a la vida Sí, con los huesos carcomidos de los sueños que fueron imposibles; sí, con los maremotos que truncaron vidas; sí, con los buques fantasma, sí con la fortuna errabunda y esquiva. Estoy diciendo que sí a todos los huérfanos, a los enamorados que se cortan las venas, al desangrado territorio de m pueblo. Sí, porque siempre quedan fuerzas, sí a los espíritus que no se rinden, sí a la palabra certera. Digo sí todo sí porque me sumo, porque la absurda ecuación no está resuelta y siempre cabe un sí para el abrazo para la compasión y la conciencia.

La verbena, un pretexto...

Dentro de las fiestas de la vendimia del vino, la ciudad se llena de actividades, conciertos, degustaciones. Y siempre está la fiesta popular, el lugar en donde se encuentran los amigos bajo la noche lunada para bailar, divertirse, comprar artesanías, y por supuesto beber mucho vino. Conozco esa fiesta desde hace años, pero esta vez me divertí mucho. Cual loca adolescente estuve bailando con mis amigas y mi hija, me sentía llena de energía y muy contenta. Recordé muy viejos tiempos, cuando la gente me decía que parecía yo cascabel... Bueno, por dicha no llevé cámara y no hay de qué preocuparse por los desfiguros de la bailada... Pero me queda claro que la vida siempre nos da oportunidad de recomienzos, reencuentros, recuperaciones, por más oscuro que parezca el túnel. Estoy abrazando a la joven que fui, la estoy integrando en mis actuales días, con todo y su alegría. Estoy feliz.

Ouch, la gripa!

Me tomó por descuido, en la alegría del festejo del cumpleaños, y me sorprendió porque me dejó una voz muy espinuda, el pecho doliente y congestionado y las noches un poco difíciles. Mi jarabe Brincolín me quita los apremios de la tos y en general voy saliendo de esta gripa que no sé si se debió al clima raro, más bien fresco en pleno verano, al humo de la fogata, al sereno en la playa o a que necesito tomar vitaminas...sin mencionar a "la bola". Pero pasando a lo siguiente, anoche fue la Fiesta Callejera en la plaza de Cearte, y la verdad la vi empobrecida con respecto a otros años, y también con menos asistencia de público, aunque había, naturalmente, muchos niños. Creo que hace falta mayor impulso o esfuerzo para que esta fiesta no vaya de más a menos o termine por desaparecer... Encontré a los jóvenes grafiteros que el año pasado estuvieron en el taller de verano, haciendo lo suyo y creciendo un poquito, y pude ver una pequeña obra de teatro con jóvenes de la comunidad,

Comparto un poema de Olga Orozco

Allá lejos, ¿para qué?                                          La carne es triste, ¡ay!                                          y he leído todos los libros                                          ¡Huir! ¡Allá lejos, huir!                                                                 Mallarmé Ni mi carne fue triste, ni tampoco leí todos los libros. Sé que es triste la carne que interroga tan sólo por ausencia, porque toda respuesta de otro cuerpo la sume en el error y el desencuentro, y la devuelve oscura, vacía, desolada, a su playa desierta. Pero cuando dos cuerpos elegidos para el amor se buscan y se encuentran, cada cuerpo es entonces una respuesta exacta para cada pregunta del deseo. Y la carne vertiginosa asciende por el revés de la caída. Y es delirio de fuego y alabanza, un aluvión de soles, hasta precipitarse en el suspenso donde vuelan juntas las dos almas, y hay un solo aleteo enamorado, contra las puertas de la eternidad. No, ninguna tristeza tiene la

CUMPLEAÑOS Y RESACA

Estoy sorprendida por la cantidad de felicitaciones que he recibido en estos dos últimos días, y feliz y agradecida con Dios y con la vida por este festejo que me llena el corazón. Gracias amigas, amigos, distantes o cercanos que siempre llevo conmigo y que, ahora veo, también me llevan en sus corazones. Gracias familia por el enorme abrazo. Gracias a todos. Me sigo comprometiendo a vivir como siempre: a todo lo que doy, en las duras y en las maduras. La borrachera fue de alegría y en la cruda, el compromiso con todos para corresponder...

Vísperas de cumpleaños

Paolita preparando comida Las delicias que hizo Paola Mis mejores amigas, aunque una de ellas es, demás, mi hija Pastel y flores Bueno, la verdad es que siempre me alborotan los cumpleaños porque es el festejo y el recordatorio de que estamos participando de la vida, y desde luego, entre más años, más alegría. Cuando cumplí cincuenta hice mi poema "Recuento", y a estas alturas del partido veo que sigue vigente y que podría añadir algunas cerezas al pastel además de las velas. Estoy agradecida con la vida, es lo que puedo decir, y como siempre he hecho o intentado hacer, veré la forma de corresponder... El cumpleaños es el lunes, y festejamos en domingo!

Necesitamos árboles

En nuestra ciudad me ha llamado la atención, desde que llegué, la falta de verdor. La primera vez que viajé a Monterrey, esa ciudad industrial, pensé que sería toda cemento y me sorprendió gratamente su verdor, porque tiene muchos espacios verdes, parques y jardines, y ni qué decir del maravilloso Parque Fundidora. El antecedente para mí fue la ciudad de México, que también, ahora lo noto, está muy arbolada y tiene constantemente programas de forestación, incluso recientemente una estación de radio estaba obsequiando árboles ya crecidos a su audiencia, y está igual el programa de azoteas verdes, muy interesante. Pero aquí, en  Ensenada creo que hace falta que la universidad o las instituciones de gobierno se coordinen junto con la ciudadanía para que tengamos más áreas verdes, tan escasas. Qué puedo decir de las ventajas, si aún aunque fuera sólo por estética, sería genial tener más árboles... Aquí les comparto la foto del Paseo de la Reforma, en el DF, con árboles y algo más...

Una cálida librería

Encontré en una de mis andanzas por la ciudad de México una librería de Porrúa nueva, justamente en el Bosque de Chapultepec. Ahora que hallé la foto comparto con ustedes esa sensación de plenitud y gozo leyendo por horas frente al lago y en medio del bosque, viendo y escuchando pájaros y metida en un edificio de madera y libros, degustando un aromático, infaltable café. Había libros sobre todo tema, y los espacios dispuestos para la lectura, con luz natural, espaciosos y cómodos. La cafetería con excelentes precios, pues un panini de jamón serrano con queso manchego no rebasaba los cuarenta pesos...¡y con esa vista! En el lago, las familias disfrutaban el paseo en todo tipo de lanchas, incluso con forma de cisnes, y en el aire, miles de motitas ingrávidas, regalo de los árboles... ¡Ah, la memoria!

Días de verano y calor...

Del lunes para acá sí que he sentido calor, más del que desearía porque me cuesta mucho trabajo adaptarme, me resulta más fácil el frío, pero estoy consciente de que estos calores de verano duran menos de lo que parece, y por tanto hay que poner buena cara y disfrutar como se pueda. A lo mejor la visita a una playa pueda cambiarme el panorama, pero por ahora pienso en otros lugares frescos y verdes donde me podría quedar un tiempo, suspendida en esos aires con aroma a leña y a verdor, a tierra, que son tan parecidos al lugar donde nací y por tanto me son tan familiares y recurrentes en la memoria y las sensaciones...

Cumpleaños del hijo

El mayor, la menor y la mamá... Todavía tenía cita con el ginecólogo el último día de julio de 1974 cuando unos cólicos horribles me despertaron alarmada... busqué a mi madre y dijo "¡ya es hora, vete al hospital a las urgencias!" Luego todo fue caos: camillas, enfermeras, salas con mujeres quejosas, parturientas... horas y horas, porque finalmente, mi hijo decidió dar la cara en las primeras horas de un día como hoy, el primero de agosto y justo una semana antes de mi cumpleaños, sin haber cumplido los nueve meses reglamentarios de gestación, sin llorar al nacer, sin aspavientos, sencillamente arribando con aquella presencia diminuta pero tan importante y luminosa, llenando para siempre aquellos, mis diecinueve años... ¡¡¡Felicidades a los dos!!!

Recuerdos

Llegaron a mis manos unas series de fotografías de mi pasado. Es interesante verlo, porque de alguna manera lo recordamos siempre, lo llevamos encima. Pero ver la cara que teníamos, el cuerpo, es recordar con precisión lo que teníamos adentro y nos movía... lo sorprendente es cuando veo una foto y nada, no recuerdo el lugar ni la ocasión, y sin embargo me veo, me reconozco, aunque ya no esté a la mano lo que en aquel momento tuve... Esas pequeñas nebulosas me sorprenden e inquietan y me pregunto por qué habré olvidado ese lugar o ese momento, si acaso no le di la importancia debida, y finalmente prefiero terminar por suponer que, muy al fondo, ese recuerdo se asienta en mi memoria...