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Mostrando entradas de junio, 2012

Y mañana ¡a votar!

Luego de estas muy intensas semanas de estar en las redes sociales al tanto, segundo a segundo, del avance de las campañas políticas con dimes y diretes, siento que vamos madurando como sociedad, que aprendemos a seguir respetando y tolerando a quienes no piensan igual, y que nos hermanamos con aquellos que sienten como nosotros aunque no los conozcamos. Todos en este país, sea cual sea nuestra preferencia electoral, tenemos la esperanza de ver que sale a flote, estamos ávidos de recuperar el orgullo nacionalista ahora tan criticado y llamado "patriotero". Estos días nos han servido para ver cuánto nos parecemos tanto en nuestros penares como en nuestras esperanzas. Los que están muy bien en este país son verdaderamente pocos. Los demás somos tantos que tendremos que poder cambiar el rumbo. Mañana, finalmente, a temprana hora, millones de corazones rebosantes compartirán la alegría de emitir su voto, su voz, para determinar este destino que se han empeñado en enturbiar. Ma

Me encontré un libro de cocina...

En la Feria del Libro del Poli compré el "Recetario totonaco de la costa de Veracruz", Cocina indígena y popular, de Rocío Aguilera Madero y editado por Conaculta. Ya tenía el correspondiente a la zona serrana, y éste me faltaba. Encontré algo tan hermoso que lo quiero compartir: Takgswayajun "Este es un platillo muy antiguo con base en el frijol; su nombre hace referencia al vuelo del gavilán o quebrante huesos, al cielo con estrellas, a los habitantes del mundo y a la tierra. El vocablo takgswayajun  se traduce como "el gavilán que espolvorea estrellas sobre el mundo" y se interpreta como un platillo ritual asociado al origen del universo. Se trata de una olla de barro que representa al universo, con frijoles negros cocidos que son, al interior de ella, la tierra donde vivimos. En esta tierra viven los hombres representados por trozos de carne que se cuece con los frijoles y el caldo es el cielo plagado de estrellas que dejó caer el gavilán en forma de ch

La obra de este día...

Casi a la hora de la comida me vino la idea, la gana de tomar un pincel. Había un tramo de cartón sobre la mesa y encima del desorden tomé el color para comenzar el dibujo que ya tenía en la cabeza... Salí a comer y en cuanto volví tomé de nuevo los pinceles, para seguir hasta que terminé lo que les comparto:

Madrugador

Es pasada la media noche y he estado pintando en mi estudio. Cuando estoy frente al cuadro aplicando el color difícilmente puedo darme cuenta de otra cosa que no sea eso. Cuando estaba en la escuela el profesor avisaba a los de nuevo ingreso que cuando me vieran pintando ni me hablaran. Por eso me pregunto cómo habrán sido esos trinos que pudieron llamarme la atención, por encima de mi tarea creativa. Entonces limpié los pinceles, para escucharlos sin distracción. Son varias etapas, cada una con distintos cantos o gorjeos o repeticiones. No le canta a la luna, sino a la noche, al resplandor que lo envuelve. Está posado en un árbol desnutrido y rodeado por cemento, pero su canto es una pátina que le confiere poesía a lo que toca. ¿Y por qué no? ¡Me canta a mí!

Frente a la ventana

Está nublado, cosa que en otras circunstancias me haría sentir esa tibieza que me conecta con la tierra de mi infancia. Pero esta mañana lo de menos es que se queje mi rodilla con su dolencia persistente por el clima, cuando el espíritu se encuentra atropellado. Blanquecina, la ciudad late a lo lejos, sólo el trino de los incansables pájaros da cuenta de la vida, o el esporádico rugir del autobús de ruta que pasa frente a mi casa. Silencio, hay un grande silencio que me invita a compartir esto que escribo para que salga y no me siga pesando como una nube de tormenta que a pesar de todo no se llueve para limpiarse y volver a ser blanca como las flores de algodón. Pienso en aquellos, en los menos afortunados que padecen alguna reticente, necia, horrible enfermedad sin merecerlo... pero esto ya es ir más allá, porque finalmente cómo juzgar o saber quién merece qué, desde qué óptica, con qué derecho... Claro, con el derecho que nos damos por tenerle aprecio a esos enfermos, a esos seres

La visita

Alta como una jirafa, los ojillos tristes llenos de preguntas, los bolsillos rotos y dos maletas: así viajó hacia el norte, huyendo del acorazado que le partió el corazón y la lanzó con las manos extendidas hacia los territorios que el azar denominara... Y comenzó otra noche, lejos del aullido, cercana al mar que deslava o azota, cercana a la palabra. Noche que irremediablemente va perdiendo el insomnio, va ganando la paz.

Cuando no todo es igual para todos...o el amigo de fuego...

En cama, ciertamente con algunas molestias por la terapia de mi columna pero escuchando a  Charlie Parker presidiendo la noche, pienso en todos estos pequeños momentos maravillosos aunque sencillos que tiene la vida, y no puedo evitar pensar en que, lastimosamente, no para todos es igual. Tengo un amigo lastimado por el infortunio en este momento. Sé que pesa en su corazón una gran oscuridad, que quizá crea que no hay esperanza, que a lo mejor se siente solo, que a lo peor, tiene miedo. Que no hay música ni silencio ni sol ni mar ni poesía que valgan, porque siente que "el abismo de las fauces" lo ha hecho presa. No lo sé, pero no quiero aceptarlo ni creerlo. Quiero pensar que estas nubes negras están pasando sobre su cielo porque puede despejarlas, porque tiene con qué. Y quiero creer que todas las personas que lo queremos tendremos el poder de ayudarlo a salir de esto.