Coto de caza Desde la altura miro animales telarañas redes metrópolis que laten furia animales de caparazón luminoso continentes de dramas donde las lenguas lamen su miseria oxidada y las historias se truncan o renacen. En ese brillo artificial percibo el fondo negro de sus abalorios: parpadeo que me provoca no me ciega. Remonto hacia la noche en el vientre del pájaro. No hay geografía que valga desde estas alas de metal, sólo el presentimiento de ciudades que respiran su luz para atraer incautos a sabiendas de que, bajo las nubes, todo se ha vuelto ya coto de caza. Vuelo Tijuana-México, mayo 23 de 2000 y 01:30 hrs.
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias