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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Con el sagrado pan de la esperanza

Para Andrés Manuel López Obrador Con el sagrado pan de la esperanza decido alimentar esta hora incierta. Tal vez mañana pierda la memoria del horror y el dolor que me acompañan. Tantos huesos sembraron los caminos que una fosa descomunal era la patria. Llanto y oscuridad y crímenes arteros pétalos reventados e la asfixia territorio de huérfanos, la patria. Cada flor un dolor, una astilla zozobra nuestro pan cada mañana sueños que siempre se tornan pesadillas. Y luego de luchar contra gigantes el calendario marca un tiempo nuevo en el que se levantan mis hermanos con los ojos abiertos y las manos prestas. Promete primavera y brotes nuevos, promete acompasar los corazones un poco lejos del horror, tan sólo un poco: hacen falta más días y voluntades para que el árbol renueve sus raíces. Hoy amanece con sol, con lluvia o frío, con el sagrado pan de la esperanza. Liz Durand Goytia

Nuevo proyecto

¡Qué emoción! después de presentar hoy mi último examen del semestre, estaré libre para terminar de diseñar un taller de bordado. Nuevos materiales, nuevas ideas, muchos momentos para dar rienda a la creatividad y dejar salir la voz que llevamos dentro. Nos hilvanamos en preciosas telas, anudamos nuestras memorias, rematamos lo que ha terminado, coloreamos nuestras esperanzas... Estoy ansiosa por ver lo que me depara este proyecto. Primero será un trabajo personal, en solitario para poder explorar, analizar, recordar, pulir, imaginar... y luego podré compartir lo que aprenda

Hilos que escriben... mi bordado

Porque el hilo va de mi mano a mi corazón y se ensarta en la aguja de la memoria para relatar las emociones que me han hecho vibrar, aquí les comparto ésta, montada en material para persianas. el bordado se hizo en un cuadrito de tela de catálogo y las aplicaciones son "milagritos" que me mandaron mis amigas de Oaxaca. Espero que les guste, sugieran el título porque para eso soy maleta...

Nuevas rutinas viejas

Retomar, recordar, reordenar, reconstruir... todo eso habré de hacer a partir de que inicie el siguiente año. Se avecina un cambio en mi vida y en mi espacio y desde ahora empiezo a reunir la fuerza suficiente para encararlo. Yo decía que no soy de rutinas, pero la rutina hace presa de una y aquí estoy, pensando en que debo rebobinar la cinta de mi vida y encontrar nuevas rutinas, sola. De ninguna manera sería la primera vez que vivo sola, no es algo que me aflija. Pero pasar de un momento a otro de la compañía a la soledad, no es tan sencillo... por lo de las rutinas: para tomar café, para ver tele, para hacer comida, para ir al super, para conversar, etcétera etcétera. La parte buena del asunto es que a mi compañero de casa se le presenta una gran oportunidad y es de los que saben aprovecharla, así que más allá de las telarañas que me andan rondando la cabeza y el corazón, lo conducente es desearle un camino luminoso y alegre para que todos sus propósitos se cumplan. A mí me toca