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Mostrando entradas de octubre, 2013

Deshumanización: a la memoria de José Sánchez.

Es horrorizante la noticia del hombre enfermo que estuvo por cinco días solicitando atención en el hospital general de Guaymas, Sonora, sin ser atendido por no tener dinero ni llevar papeles para su inscripción, por lo que finalmente ahí, en un jardín y envuelto en una cobija, terminó penosamente sus días ante la indiferencia de la institución. Me causa un dolor indignante y me llena de vergüenza y culpa tan sólo pensar por lo que atravesó ese hombre no en esos cinco días, sino toda su vida. Su trabajo de jornalero lo condujo a esa condición de extrema desnutrición y deshidratación enque llegó al hospital. ¡Por Dios! ¿Es que ni agua ya tenemos para nuestros semejantes? ¿Ya no partimos el pan con quien lo necesita? Solo, enfermo, dolorido. Ahora, muerto, vale más. Allá nosotros y nuestras conciencias. Dios, ¡perdónanos! http://www.youtube.com/watch?v=UjLlJyKseLM#action=share

Declaración de principios

El dedo índice señala mi locura, hace piruetas cerca de mi cara, cifra una frase cabalística para que yo, la loca, no olvide lo que soy: un tímido gorrión con sueño de alas, una luna perenne, un aroma frutal. Se desgrana la noche en hojuelas oscuras; las voces misteriosas de los perros Collage con papel y objetos reciclados. Liz Durand  me muestran un idioma: el de otros locos. En esta habitación donde hago un mundo pongo listones a las trenzas que tienen mis sombreros, intento perseguir a mis muñecas, ponerles otras ropas pero son lo que son me lo dicen sus prendas  ingenuas, desgastadas, sus ojos fijos en la nada, sus mejillas frías... Un gallo que no sabe del tiempo me canta noche y día como queriendo hallar la hora en que debe despertarme. Los pájaros caminan  por el techo de mi casa como si no supieran del gato que abandona su jaula. Los cactus embebidos en la humedad nocturna afilan sus espinas vegetal

En contacto

Aquí de nuevo enfrentando a la noche que  me pone de postura incómoda con esta torcida y -según ella- vieja columna. Huesos con historia propia que viven dentro de mi, que se supone me sostengan -y lo hacen- sólo que al parecer están más cansados que yo y por eso protestan, más de noche, como digo, porque no hallan esa postura especial y excéntrica que les acomode. Pero como no todo en la vida son huesos, sino que hay tantas otras cosas afuera y adentro de una misma, me propongo explorar por el demás paisaje: la memoria es siempre de mis favoritos. Afortunadamente poseo una memoria que gusta del detalle y se fija como fotografía. Si me voy a la distancia encuentro cosas: hoy por la tarde platicaba sobre una prenda de vestir que me tejió mi madre cuando estaba yo jovencita, un chaleco largo hasta la rodilla en color rosa fuerte, calado, que usaba con unos pantalones de terlenka a la cadera color tuequeza acampanados con pata de elefante. Llevaba pantyblusa y por calzado unos huarache