Ir al contenido principal

Y apenas es martes...


Lo digo porque regresamos cansados del hospital a pesar de que hoy no pasamos a casa de Coquito para informarle del reporte médico. Del hospital salimos a las cinco de la tarde y nos fuimos directo hasta la casa pero llegamos a las seis y media. Los pies me latían como corazones y las botas me apretujaban los pies. Además teníamos hambre.

Hoy nos tocó ir a la Av. San Fernando, en Tlalpan, para pedir la certificación de que Paola no está afiliada al ISSSTE.
Con todo y eso llegamos puntuales al instituto y ahora el reporte médico nos lo dio una doctora que ha estado todo el tiempo con el grupo de los médicos que atienden a Paola. Cuando andábamos en lo del certificado del ISSSTE llamó Nacho por teléfono para avisar que en el cultivo que mandó a hacer Tere su esposa en el INER, está creciendo una micobacteria atípica y que sospechan nocardia. (?!) Fue justamente lo que le dijimos a la doctora. Ya por la mañana Pablita me había mensajeado por el celular que los médicos todavía no descartaban lo de los hongos, y al parecer este comentario extraoficial del INER podría confirmar un poco la opinión de los médicos.
Por ahora esperamos los resultados del perfil micótico que se está haciendo en Ensenada desde hace más de una semana para ver si coincide con el INER. El papá de Paola irá mañana al laboratorio para ver si tienen los resultados.

Este día el semblante de mi hija era de tensión por estar sola y por seguir en el hospital. Ahora fue la doctora quien le dijo que al menos está sin molestias, lo que hace la espera del diagnóstico mucho más llevadera. Sé que no tiene mucha paciencia, a lo mejor comienza a aprender a ser paciente ahora. Por lo pronto comenzó a leer El evangelio según Jesucristo, de Saramago, y tiene ya bordados algunos motivos de su costura. En cuanto llegamos nos pidió que le compráramos unos besos de nuez que venden en la cafetería y no nos convidó ninguno. Vaya que le provocan apetito los medicamentos, qué dicha.

Por mi parte tengo muchas ganas de comer comida de aquí, sopes, tlacoyos, tamales y todas esas delicias que hasta ahora no he probado a no ser por los tacos de barbacoa que comimos en el mercadito de Tlalpan el domingo con Marielena y Rocío. Cuando regresamos del instituto por las tardes veo pasar muchos restaurantes y cafeterías que me gustaría conocer pero en verdad ni tenemos tiempo ni ánimos, sé que más adelante será.

El frío arreció por la nochecita con cierto viento helado, el frente frío número once dicen todos por aquí. Yo prendo veladoras para calentar el departamento haciendo de cuenta que es una chimenea esas tres flamitas en un plato.

Hasta ahorita escuché un mensaje que dejó Claudia en la contestadora. Espero mañana volverla a llamar, es una lata eso de estar ausentes casi todo el día.

Comentarios

Lo que más te gustó

Poema para los niños migrantes

Para los niños migrantes Temprano te salieron alas y esparces la ceniza de un vuelo inesperado. Vuelas hacia una tierra prometida que no existe , donde leche ni miel encontrarás. Encerrarán tu vuelo en jaulas y el miedo que aprendiste a dejar lejos regresará a morderte por las noches. Ningún río te besará con agua fresca, ninguna señal de la cruz sobre tu frente te va a guardar de la amargura. Somos testigos de la decapitación de tu infancia, de tu niñez hoy preñada de dolor, de pies cansados y ojos secos. Que la vergüenza nos cubra cada que te preguntes o que pidas, que el corazón nos duela hasta que tengas alas con vuelo renacido.

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad

Recordando la vieja máquina de escribir...

Estoy fascinada porque un amigo me puso un programita en mi compu que hace que cuando escribo mis importantísimos asuntos, mi teclado suene como máquina de escribir... Es que recuerdo aquellos tiempos en los que las colegiaturas de mis hijos y nuestra manutención dependían de la velocidad y ritmo de ese mágico sonido... En esta foto, la imagen de la primera máquina eléctrica que me tocó usar, cuando llegué a la ciudad de México a trabajar en el Instituto de Ingeniería de la UNAM. Un tiempo después ésta fue mi favorita, la máquina de esfera, porque le podía cambiar los tipos de letra y hasta el color de la tinta porque había cintas de color sepia. Se me descomponía con frecuencia hasta que el técnico descubrió que yo era demasiado rápida al escribir y se trababa la esfera, já já. Además de trabajar en una institución, ponía anuncios en el periódico para mecanografiar trabajos. Desde luego lo más socorrido eran las tesis, hice muchas pero además me tocó hacer el directorio