

El día de ayer fue bastante movido. Primero porque ¡taraaaá! Ya se pudo poner la sonda nasogástrica a Paolita y obtuvieron la primera muestra.
Luego vino esa especie de rueda de la fortuna en viajes: de la casa al hospital, de ahí al INDRE, de ahí a la casa por documentos, de ahí a recoger una tomografía que envió el papá de Paola, de ahí a recoger unos resultados al INER y de ahí a la visita con mi hija. Como haber ido a Querétaro en metro, autobús, metrobuses y taxi.
Al término de la visita Maga, la enorme y querida amiga, estuvo para llevarme un rebozo que yo quería prestado porque no traje para el frío, y me dio también un ejemplar de la antología de las Mujeres Poetas de este año. Su presencia y su abrazo, ya sabemos lo que significa.
Los resultados del INDRE, que se dedica a encontrar enfermedades raras por zona geográfica, estarán en una o dos semanas. El cultivo general que mandó a hacer Tere en el INER creo que toma dos meses. Pero ayer el reporte médico indica que aunque Paola tiene vasculitis están tomando las medidas necesarias para que no tenga infarto en el cerebro y debe continuar en el hospital, no sabemos por cuánto tiempo.
Ayer le costó comer, le dieron muchas espinacas en ensalada y arroz pero comió poquito debido a que no se acostumbra todvía a la sonda y estaba lastimada. Pensó que no podría dormir por la noche porque no se puede acomodar pero ya hoy de mañana supe que sí durmió, sobre todo porque tenía dos noches en vela debido al temor de que le pusieran la sonda.
Aquí hace bastante frío, necesito cubrirme el cuello y la Maga entendió muy bien eso porque me trajo un rebozo calientito. Ayer me hizo más daño que nunca la comida, pero es que sí me dio hambre y quizá comí muy rápido.
Al llegar a la casa con duras penas me puse la piyama y antes de darme cuenta ya me había quedado dormida, no escuché teléfonos ni nada y hoy abrí el ojo hasta las ocho de la mañana.
Hoy vendrá mi hermana Sandra para ir con nosotros al hospital.
Gracias a Paty Gómez por su carta para mi hija, desde Chile. Gracias por los correos de aliento que recibo diariamente. Gracias a Dios porque seguimos aquí.
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P.