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Otro viernes



Hoy llevé de contrabando a Pablita un par de bollitos de plátano rellenos de queso que hicieron de comer en casa de Coquito, y las pequeñas gorditas que compré ayer afuera de la iglesia de Azcapo.
Para cerciorarnos de que no hacíamos mal, a la hora del reporte médico preguntamos al doctor si Paola debe tener una diete especial, y dijo que no, con lo que respiramos aliviadas pues como quiera, la comida del hospital no es lo máximo.
La encontramos más serena, más hecha a la idea de que tendrá que pasar al menos una semana más encerrada en el hospital. Ni siquiera puede bajar a la cafetería porque tiene conectado el suero, ni modo.
En algún momento de la visita llegó un señor diciendo que alguien abajo buscaba a los de la cama 372. Se nos hizo muy raro y Mauricio bajó de inmediato. Era Héctor que estba esperando para entrar pero nosotros teníamos el pase y además sólo permiten la visita de dos personas a la vez. En la foto, Paola y Héctor.
Es impresionante que Héctor haga el viaje en metrobus para ver a Paola, es algo que apreciamos muchísimo pero sabemos que así es la familia.

Lo malo de hoy fue la caminadera debido a la estación del metrobus que cerraron, y si de por sí llegamos con los pies cansados, ahora nos fue como en feria.

Mañana, otro fin de semana lentísimo y con poco movimiento en el hospital. Desconozco la razón pero es cuando menos visitas hay. Quizá como mucha gente viene de fuera, se queda toda la semana y en el fin salen a sus casas o algo así.

Por lo pronto estoy ideando qué puedo llevarle de comer a Pablita para que se le haga comida de fin de semana, de paseo, de premio...

Hoy nos tocó llevar más dinero a la caja del hospital, y nos sigue faltando el requisito del seguro social... pero creo que lo más canijo será que los donadores puedan acudir en la hora y los días en que nos asignen.

Rocío dijo que me acompañará al hospital mañana o el domingo. Sandra no puede hasta la próxima semana porque anda ya en los trámites para el trasplante de riñón de su marido en La Raza.

Esta noche antes de llegar a casa pasamos a comprar pan dulce para el desayuno de mañana y en lugar de merienda, escogimos comer cochinadas: habas con chile, chicharrones de harina picosísimos, y garbanzos con chile...

Comentarios

ADM ha dicho que…
Oye!!! Qué gusto ver a Paola tan repuesta y sonriente, e igual gusto ver la foto de Héctor, después de muchos años de no saludarlo. Realmente es mejor que un periódico este "blog" tuyo, una real maravilla; se entera uno hasta de las nutritivas y deliciosas habas, garbanzos enchilados y demás que cenaron.
El próximo fin, si todo sale bien, pienso hacer un viaje relámpago a esa Ciudad para visitar a Paola y a Colín. Abrazos. ADM.
ADM ha dicho que…
Otro sábado...se acerca la Navidad:
Ya debes, además de todo lo que ocupa tu mente en estos días, empezar a planear una gran preposada...(con piñata, cánticos del 'tunante' y todo lo que amerita), rociada generosamente con ajenjo para brindar por la magnífica recuperación de Paola. Qué problema lo de la sangre, verdad TÚ...!!!. Lástima que tuve hepatitis. Abrazos.
Liz Durand Goytia ha dicho que…
Ah, qué nutriticio resulta para mi ánimo ver los comentarios que me dejas, Cosa. Será una alegría que vengas a ver a tu ahijadasobrina y ojalá que para entonces, los médicos nos tengan la maravillosa noticia de que podrían darla de alta...

Lo que más te gustó

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...