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Llegada





Paola pudo dormir un poco en el avión porque nos levantamos antes de las cinco de la mañana para estar a tiempo en el aeropuerto de Toluca. Al salir de la casa había siete grados pero al llegar a Toluca en cuanto sentimos el aire comenzamos a temblar de frío con todo y lo ensarapadas que estábamos.
El vuelo fue un poco incómodo porque estaba lleno de niños chiquitos a los que les dio por llorar al mismo tiempo. El de adelante tosió hasta vomitar al señor que estaba a un lado y los tres de atrás patearon nuestros asientos por las tres horas y media del vuelo.

Sé que a mucha gente no le gusta la lluvia. Ayer que llegamos estuvo lloviendo en el camino pero a mi me dio gusto. Porque estaba de regreso, porque venía con Paola y porque llegaría, al fin, a casa.
Para mí la lluvia nunca ha sido deprimente ni me impide salir a hacer cosas en la calle. Así es mi tierra, mayormente nublada y lluviosa, su nombre, Orizaba, significa "lugar en donde cantan las aguas", y estoy marcada por la lluvia. Sé que a veces paree que llorara el cielo y también sé que a veces es la lluvia la lágrima que quisiéramos dejar escapar. Pero aquí estoy, de todos modos, disfrutando de la lluvia.

Es momento para agradecer a mis lectores y amigos por tanto apoyo y atenciones ahora que ya estamos en casa. He de seguir necesitándolos a todos ahora que nuevas condiciones en mi vida me marcan un derrotero que por ahora me parece difícil ya que me veo precisada a buscar un lugar en dónde vivir sola...
Todo comienzo debería ser alentador aunque implique un final previo, y deseo con mucha fuerza poder ver así mi actual circunstancia.
Sin ustedes, amigos, sé que no lo lograría. Gracias a todos por estar aquí.

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Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

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