Primero fue el silencio, el sordo zumbido del terciopelo de la noche. Después, esporádico, el canto de los gallos. Vinieron luego los pájaros con trinos y al final, el concierto de los perros. Hora tras hora me detuve escuchando los sonidos de la noche porque mi sueño huyó y no pude alcanzarlo.
Masaje, aceite con fragancias relajantes, leche tibia, respiración, música, nada funcionó esta vez. El sobresalto vino cuando en la duermevela, sonó mi celular...
Masaje, aceite con fragancias relajantes, leche tibia, respiración, música, nada funcionó esta vez. El sobresalto vino cuando en la duermevela, sonó mi celular...
Comentarios
En Costa Rica tuve ocasión también de conocer a los perezosos, son increíbles verdaderamente.
Te mando mi abrazo.