Ir al contenido principal

Historias de soledades

Y de repente esta noche, en un apartamento donde está una pareja inesperada pero cada uno con su pesada maleta, con su truncado sueño y su ya crecida vida. Solos y juntos, cada uno cuidando de sus restos para no perder todo en la apuesta, pues ni siquiera resultan compatibles en las penas. Solos en el silencio de esta noche que fue primera y última, esfuerzo estéril en la búsqueda, inútil el acotamiento de distancias.
Solos, sin compartir el frío que a cada uno congela. Separados por el sueño o el recuerdo que a escondidas deletrea cada uno, el verdadero sueño, el tesoro del que no hablan y encontraron en algún momento lejano de sus vidas con la certeza pura del hallazgo. En un lugar de sus vidas donde cada uno tenía noches distintas, había flores y té, juegos y besos. Solos y separados, cada uno escondiendo en el puño su tesoro, cada uno jugando en esa farsa para evitar el castigo del destino, un destino que no les es común aunque lo intenten porque aunque no lo admitan, su carta ha sido echada.
Pienso también en la pequeña casa en las orillas, donde ella aunque no duerme tiene pesadillas. Ella, la Sola, la que quedó en espera, suspendida. La que vale el tesoro que tiene el otro Solo, el del apartamento con su noche, y está frente a un espejo en el que no se reconoce, sus ojos han oscurecido y tienen en el fondo ese matiz de esperanza y desamparo.
Sí, de repente la noche reparte soledades por más que los acongojados busquen compañía, extiendan sus abrazos, anhelen dulces besos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
pues anonimo o no, al final la que mas perdio fui yo, perdi al hombre que mas he amado en mi vida!! y mira ni tu ni yo, termino otra quedandoze con el, ni tu ni yo mi querida.....

Lo que más te gustó

Poema para los niños migrantes

Para los niños migrantes Temprano te salieron alas y esparces la ceniza de un vuelo inesperado. Vuelas hacia una tierra prometida que no existe , donde leche ni miel encontrarás. Encerrarán tu vuelo en jaulas y el miedo que aprendiste a dejar lejos regresará a morderte por las noches. Ningún río te besará con agua fresca, ninguna señal de la cruz sobre tu frente te va a guardar de la amargura. Somos testigos de la decapitación de tu infancia, de tu niñez hoy preñada de dolor, de pies cansados y ojos secos. Que la vergüenza nos cubra cada que te preguntes o que pidas, que el corazón nos duela hasta que tengas alas con vuelo renacido.

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad

Recordando la vieja máquina de escribir...

Estoy fascinada porque un amigo me puso un programita en mi compu que hace que cuando escribo mis importantísimos asuntos, mi teclado suene como máquina de escribir... Es que recuerdo aquellos tiempos en los que las colegiaturas de mis hijos y nuestra manutención dependían de la velocidad y ritmo de ese mágico sonido... En esta foto, la imagen de la primera máquina eléctrica que me tocó usar, cuando llegué a la ciudad de México a trabajar en el Instituto de Ingeniería de la UNAM. Un tiempo después ésta fue mi favorita, la máquina de esfera, porque le podía cambiar los tipos de letra y hasta el color de la tinta porque había cintas de color sepia. Se me descomponía con frecuencia hasta que el técnico descubrió que yo era demasiado rápida al escribir y se trababa la esfera, já já. Además de trabajar en una institución, ponía anuncios en el periódico para mecanografiar trabajos. Desde luego lo más socorrido eran las tesis, hice muchas pero además me tocó hacer el directorio