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De los calores y comidas que hay en esta tierra


Viernes 21 de junio

El calor no da tregua, Bambi y yo estamos sofocadísimas y sin dormir. Anoche llovió un poco y eso empeoró la situación de hoy, porque toda esa agua caída se está evaporando por la acción del inclemente sol.
La casa poco a poco va asentándose con mis cosas pero me hacen falta muebles para acomodar por ejemplo los trastes de cocina, ya que aquí no tiene mueble el fregadero de los trastes y también necesito una mesa de trabajo donde picar y hacer cosas. Fui a buscar una donde las artesanías pero no tuvieron como la que busco, así que mientras sigo haciendo equilibrio donde puedo con mi tabla de picar.
En la planta baja camino con el ventilador de rueditas jalándolo para donde camine porque no se puede de otro modo y estar en la planta alta imposible por lo caliente. Tengo que buscar un lugar que tenga sombra y aire para salir en lo que se apacigua el sol, aunque sea en la alameda debo de poder ir a ponerme a bordar.
Ayer pasé por el mercado de Cerritos y encontré quintoniles, hacía mil años que no los veía y me encantó prepararlos con una chuleta, me di un buen banquete con mi chela helada pero luego me vino una dormidera que terminó en soponcio por el calor. Los mangos no da trabajo comerlos, están deliciosos y son de manila, igual que los duraznos. Lo que está muy dulce es la naranja, el jugo hasta me mareó por tanta azúcar y dejé de tomarlo.
Hoy vinieron mi primo y mi sobrina y no los veo tan afligidos como yo por la temperatura, espero de verdad irme adaptando para no sufrir este sofoco porque es horroroso. Y tampoco he encontrado mis charolas para hielos para poderme preparar un café en las rocas, todavía hay muchas cajas sin abrir.

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