
Hace varios años que tengo un amigo de esos que todos quisieran tener. Es discreto y respetuoso aunque a veces resulte un poco gruñón. Tiene un corazón de melcocha, un humor casi ingenuo, un apetito infantil, pasión por su auto, entrega a su trabajo y por encima de todo, una generosidad a toda prueba.
Esta mañana me avisó que descubrió un tesoro en las segundas, y pensó que yo debía tenerlo. Me contó de qué se trataba y no me sentí convencida de ir en busca de esa maravilla de la que tanto me habló.
Desayunamos juntos en mi casa y se marchó para hablarme dos horas más tarde diciendo que vendría por mí para ir en busca del tesoro, y si una vez mirándolo me negaba a traerlo a mi casa, entonces ya ni modo.
Llegamos a Valle Verde y encontramos un excelente lugar para estacionarnos. Casi de prisa me condujo a la tienda donde podría ver cara a cara ese hallazgo.
En efecto, ahí, en medio de los triques y el polvo, brillando con su propia luz, estaba un mueble con el que cualquiera puede soñar. Madera maciza, herrajes, cajones... en perfecto estado. Justo lo que una escribidora puede desear para pasar las horas dibujando letras, construyendo historias, persiguiendo versos...
Para cuando me di cuenta ya estábamos apalabrando con el segundero el precio y tiempo de entrega. Nos pusimos de acuerdo en cómo le voy a hacer para pagar, -mi amigo insistió en obsequiarme una parte del mueble- y de regreso a casa ya venía configurando nuevamente la sala de mi casa que tendría que recibir con bombos y platillos a su nuevo integrante.
Ahí está, instalado cómodamente al pie de la ventana, y no lo he llenado de cosas porque es tan especial que debo buscar precisamente eso, las cosas especiales que contendrá en sus espacios, los pequeños secretos, los papeles valiosos, los recuerdos.
Y a riesgo de que parezca un perico, seguiré repitiendo mientras viva: ¿Qué sería de mí sin mis amigos?
¡Gracias, Edgar, por haber encontrado ese tesoro, compartirlo, y ayudarme a tenerlo en mi casa, que es tu casa.
PD ya está la foto, aunque no le hace justicia al mueble. Al menos pueden imaginar el resto de su belleza...
Comentarios
El tiempo me amarra para dedicar más espacio a momentos como este, pero al final, siempre puedo darme el gusto.
Cómo esta Paola?. Un abrazo para ambas.
Paolita, con el favor de Dios, sigue mejorando y será en febrero que los médicos nos digan más.
Te mando mi abrazo cariñoso de siempre!!!