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Mexicali







Salimos rumbo a Mexicali, pero había que hacer una parada en Tecate, con los Magaña, unos grandes amigos de Merino que nos recibieron con té y una probada del delicioso pastel hecho en casa. Una vez tratados los asuntos pendientes, seguimos el camino a Mexicali pasando, naturalmente, por la Rumorosa. Es una lástima que las fotos -mis fotos, claro- no le hagan justicia a la belleza del lugar. Todo el camino fui pensando en Julia, en que tiene que ver esto cuando venga...
Llegamos a Mexicali como a la una y en lo que buscamos la dirección de la SEP se hizo casi la hora del cierre de recepción de documentos, pero pude avanzar algo, aunque de todos modos me di cuenta de que tendría que regresar al día siguiente para entregar la documentación que faltaba, gracias a la mala información de la página de INDAUTOR por internet.
El clima de 44 grados me hacía casi ver visiones, y el aire acondicionado de mi autito estaba a todo lo que daba. Apenas llegamos al banco para pagar por los derechos del registro.
Merino era el piloto, así que se lanzó en busca del domicilio de su amigo Germán, que nos esperaba. Fuimos a comer al Dragón, pedí perdices y todo delicioso. De ahí llamé a Paola, ya que podríamos vernos cuando ella saliera de trabajar, por la tarde.
Nos encontramos en casa de Germán y yo me fui con ella y su novio a conseguir un café internet para hacer los documentos que me faltaban , y fotocopiarlos para engargolar.
Fuimos a tomar una granita (qué feo nombre, pero era un granizado de frutas) a un lugar que Paola conocía, junto a una tienda de joyería de fantasía donde claro, nos tuvimos que meter a fisgonear.
Pasamos en la noche un ratito a casa de Paola, pude ver a los perros y de ahí de regreso a donde yo me hospedaría. Estuvimos platicando sobre política y de todo y al fin nos fuimos a descansar.
Tomé un baño de agua caliente porque naturalmente no había agua fría y apagué el clima para poder dormir, porque el ruido no me deja. La noche había refrescado y la habitación llevaba horas enfriándose, así que no tuve problemas.
Al día siguiente llamé a la siete y media de la mañana a mi coordinador a Ensenada, para pedir su consejo sobre las acciones a tomar antes de ir de nuevo a las oficinas de INDAUTOR.
Total, fui a la oficina y luego de batallar mucho para comunicarnos con las oficinas del DF, llegué a la conclusión de que haré los trámites por mi cuenta una vez revisada mi documentación en Mexicali, para no esperar los más de dos meses que se tarde si lo hacen ahí.
Regresamos a hacer más pendientes en Tecate, compré el pan en la famosísima panadería y me encontré con que no, no está rico, no sabe a nada y es muy caro, sólo tiene fama y bonita presentación su pan.
Ya en Ensenada pudimos descansar del calorón, su delicioso clima fresco nos recibió con brisa marina y sol, y fue entones que pude decir "Misión cumplida".
Gracias, maestro Merino, por la guía y la compañía. Por cierto, la gorra de "capitán" es de Germán, nos platicó la anécdota de cuando se la puso en Cuba...

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