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Educación



Esta mañana, escuchando Radio Universidad de Baja California, oí que abordaban el tema del arte en la universidad, no como una carrera sino como una actividad paralela que con el tiempo, eventualmente se volvía también profesional. Y la entrevistadora le decía a una bailarina: "¿Cómo que eres contadora y te gusta bailar?", "¿Cómo que te gustan los números y los negocios pero también el baile?" ¡Increíble! eso parece indicar "zapatero, a tus zapatos", como si los seres humanos fuéramos solamente una rebanada y no todo el pastel.
La entrevistada relató que desde niña estudió canto y luego danza, lo que indica claramente que una educación integral no solamente sirve para que cada individuo conozca y se identifique con la manera de expresar su creatividad y sensibilidad, sino que nos hace ver que es indispensable para mejorar la formación de las personas.
Qué lástima que hasta que estén en la facultad tengan acceso a clases de danza, de artes plásticas, canto, literatura, etcétera, si bien nos va. Qué diferente sería cada ciudadano de este país si toda su vida estuviera en contacto con el arte y se encontrara consigo mismo y con los demás por medio de esas expresiones que subliman la emoción, nos enseñan la mejor manera de expresarnos, de perder miedos, de jugar, inventar, imaginar...
Por eso vuelvo a la misma cantaleta de siempre: la clave está en la educación. Y por eso, porque mi convicción se ve reforzada cada día con detalles como el de esta mañana, seguiré hasta donde me sea materialmente posible con los talleres para niños en Huajuapan y en todo lado donde me reciban para compartir esta pasión por el arte y los niños.
En la foto, la amiga Luca con el grupo ejecutando una danza africana en El Sauzal.

Comentarios

Alex Escalante ha dicho que…
Creo que alguna vez platicamos acerca de que todos deberíamos, independientemente de lo que hacemos para sostenernos, practicar un arte. El que fuera. Creo que es de lo que hablas, ¿no? Sería un mejor mundo éste, sin duda…

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Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...