
¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro?
Jorge Luis Borges
Comenzó este desasosiego que me inquieta porque al principio no le encontraba la razón, no me lo explicaba. Es una sensación de angustia, de incomodidad.
Cuando me detuve a pensar lo suficiente para darme cuenta de que no es por la muerte de mi hermano -porque no es esa la clase de tristeza lo que siento- me enteré de que tiene que ver con las fechas y el clima.
Las fechas, porque al acercarse el cumpleaños de Paola viene también el aniversario de los primeros síntomas de su grave enfermedad y el recuerdo de todo eso todavía me estremece, y peor si lo relato a alguien, pues no puedo hacerlo sin temblar.
Y el clima porque ya retirado el calor que nos trajo locos, el ambiente ha enfriado y sobre todo por las noches, lo que me hace recordar, junto con la luz que ha cambiado, mi separación de Alex.
Por eso digo que una nunca puede cantar victoria: creí que estaba más superado este asunto. que mi tranquilidad dependía exclusivamente de mi fiera voluntad.
Me equivoco: si pasa un día entero sin que hable con Alejandro, mi corazón pega un brinco cuando suena el teléfono. Me doy cuenta de lo mucho que pretendo y que en el fondo no soy, y me pesa.
Estoy tratando de no precipitarme al pozo de las lamentaciones y mucho menos de predisponerme con actitud equivocada hacia el otoño que viene, y sé que va a costarme. Dos veces he intentado leer la carta que escribí y sellé el día último del año pasado para que fuera leída el último día de este año. Contiene la esperanza de que, al leerla, me encuentre con que estoy mejor que entonces. Tenía tanto dolor y tanta soldad que la escribí a manera de tabla de salvación, pensando que no sería posible estar peor que en ese momento y menos aún al cabo de un año.
He vencido esa tentación de leerla y lo he hecho porque en el fondo es un sabotaje hacia mi esfuerzo para estar bien, pues aunque Alex y yo ahora somos amigos, perdí definitivamente a mi pareja y eso es algo con lo que tengo que lidiar.
Así que sigo aquí dia por día, contando solamente pequeñas victorias de veinticuatro horas de duración, lo mismo que duran las batallas...
¡Cuántas cosas me han sucedido este año! Definitivamente tengo mucho qué aprender,
Comentarios
Un abrazo muuuuy apretadito y lleno de mi cariño para ti.