
Jared Omar Durand Goytia
Nov1956-ago 2009
Jared:
Hace apenas dos semanas me fui a empinar los papalotes que me hiciste.¿Cuánto pensaba en ti entre más hilo soltaba! La lejanía convirtió en un puntito esa magia de papel elevada por las nubes. El viento lo hacía colear, y el instinto o el cuerpo solitos, recordaron qué hacer para elevarlo. No se cayó ni se me reventó el hilo. Aun que ya no lo viera, tiraba de mí con fuerza y yo seguí soltando metros y más metros. Y pensaba en el que hicimos una tarde, de niños, y llevamos a empinar a la lomita. También voló tan lejos que el hilo se rompió.
Y hoy, en el hospital, también se rompieron tus hilos, también te fuiste a volar sin ataduras. ¡Qué pobres nos quedamos sin el viento de tu risa! “Descansa”, fue lo último que te dije pegada a tus oídos, y te quedaste al fin más dormido que nunca, descansando. ¡Cuánta contradicción con tu reposo, que anhelábamos tanto! Porque se nos vinieron muchos llantos: el de la infancia, tu ausencia, tu reencuentro...y el de tu sufrimiento que tan eterno se nos hizo.
Y aquí nos tienes, hechos un mar de lágrima por esta súbita orfandad desconocida, la de perder un hermano en plena vida.
Mi papalote está guardado. Su estructura, construida con tus indicaciones y tus otras manos, las de tus hermanos, descansa aquí en mi casa. Tiene tu corazón, tu risa encima. Y sobre todo, tiene el aprendizaje de tu vuelo.
Cuando me toque volar, me prestarás tus alas para que rompa el hilo.
Tu hermana Liz
Comentarios