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Viaje ¿caótico?

Uff! encuentro con las hermanas, sesión de comida y fotos con los sobrinos, encuentro con la amiga... dificultades para abrir la llave del gas en mi departamento, ausencia de hombres que ayuden pero al fin las mujeres bastaron, hambre de los mil diablos, bisteces rancheros, juegos de mesa, mucho calor ¡en sólo un día!
Y luego el encuentro de sorpresa, desvelar misterios, conocer más profundo, apreciar mejor las cosas que la vida pone enfrente como frutos...
Y todavía luego otro viaje hacia la tierra caliente donde las poetas, donde la amiga, las amigas, la casa con olor a frutas, con resonancias de poesía, llena de corazones que han sido abrigados entre sus paredes, y el paseo al pasado, a las raíces: Xochicalco por fin arribando en mi vida y luego risas y comidas y poemas y más juegos, y sobre todo la sensación de pertenencia hacia todo eso que me rodeaba con tanta belleza y quietud, la amistad abrigadora de mis afitrionas Carmen y Malena, el mercadito del pueblo, el incremente sol con su calor...
Y más después otro encuentro, por si fueran pocos, ahora con Alicia, ese ángel de Huajuapan que me recibe con su modestísima sonrisa, me lleva para su casa y me agasaja con tlayudas traídas de su tierra, y como cual si fuera la última vez en su cocina, con su familia, en ese espacio que es un centro de conocimiento, de vida con sentido común y de conciencia... para salir a caminar la glotonería al Parque de los Venados, todo nieves y niños y carritos y ardillas y paseos.
Al final la esporacasa, el espacio que me abriga como si fuera mi hogar, y qué más tendría el cinismo de pedirle a la vida, cuando tengo todo porque lo que no está aquí lo llevo en el corazón...

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Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...