Al escribir el título me quedé pensando en para cuántas cosas me sirve: para lo del petróleo si no hacemos nada y esperamos a ver con los brazo cruzados que pase lo mismo que con Telmex; pero en fin, mi intención era exorcisar el mal que me aqueja como consecuencia de las duras jornadas de trabajo en Huajuapan. Todo el mundo sabe que lo disfruto mucho pero sólo yo padezco las consecuencias al final. Es por mi columna, mi cantaleta de siempre. Desde que regresé me he mantenido con dolor, varias noches no he dormido y amanezco con los hombros y el cuello contracturados. Anoche después de las once Alex me acompañó al hospital a ponerme una inyección para dolor porque tenía ganas de dormir bien y porque cuado ya llevo mucho tiempo con dolor comienzo a desesperarme y estar tensa.
Mi marido y mis hijos me dicen que no haga lo que hago porque siempre me excedo. Conforme han avanzado los años -y no es que tenga tantos- lo que veo es que voy a ser la primera en estar pendiente de no excederme, porque de lo contrario pagaría tan caro las consecuencias que no podría seguir haciendo mis talleres, y eso sí sería muy doloroso para mí.
En Huajuapan visité a un médico acupunturista gracias a los buenos oficios de Lupita y Alicia. Él me dijo que no entiende cómo no me he operado pues la operación para mi caso existe ya desde hace diez o doce años. Cuesta carísima -como todo en este país que no es para pobres- pero hay unos planes de financiamiento en el Hospital General donde "sólo" tendría que pagar cincuenta mil pesos.
Con todo y eso lo estoy considerando porque quiero vivir de la mejor manera posible los días que todavía tenga guardados por ahí, trabajando activamente. Así que me daré a la tarea de averiguar la forma de operarme y que me dejen "pior que nueva" para que sea felíz en mi autobús amarillo...
Mi marido y mis hijos me dicen que no haga lo que hago porque siempre me excedo. Conforme han avanzado los años -y no es que tenga tantos- lo que veo es que voy a ser la primera en estar pendiente de no excederme, porque de lo contrario pagaría tan caro las consecuencias que no podría seguir haciendo mis talleres, y eso sí sería muy doloroso para mí.
En Huajuapan visité a un médico acupunturista gracias a los buenos oficios de Lupita y Alicia. Él me dijo que no entiende cómo no me he operado pues la operación para mi caso existe ya desde hace diez o doce años. Cuesta carísima -como todo en este país que no es para pobres- pero hay unos planes de financiamiento en el Hospital General donde "sólo" tendría que pagar cincuenta mil pesos.
Con todo y eso lo estoy considerando porque quiero vivir de la mejor manera posible los días que todavía tenga guardados por ahí, trabajando activamente. Así que me daré a la tarea de averiguar la forma de operarme y que me dejen "pior que nueva" para que sea felíz en mi autobús amarillo...
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