Ahora es ella, la niña de mis ojos, Paola. Hace tres décadas y tres años que tuve la inmensa dicha de tenerla por primera vez en mis brazos, toda llena de rizos, con sus ojos inmensos.
Ahora no tenía preparado el festejo debido a las molestias de mi columna y a varios compromisos que tuve que atender fuera de la ciudad y que me dejaron por consecuencia mi dolor y la inmovilidad...
Pero con lo que había, preparé una micro fiesta: el mantel que le bordé cuando era niña con los dibujos del cuento de Blanca Nieves, y mucho papel de china con el que adorné las lámparas.
Iris, otra de mis cómplices, me llevó a buscar el pastel, los gorros, los espantasuegras, los platitos dibujados y las velas.
Sencilla, cómoda, íntimamente, en casa y con quienes comparten con nosotras el cariño, festejamos la alegría de estar juntas.
Ahora no tenía preparado el festejo debido a las molestias de mi columna y a varios compromisos que tuve que atender fuera de la ciudad y que me dejaron por consecuencia mi dolor y la inmovilidad...
Pero con lo que había, preparé una micro fiesta: el mantel que le bordé cuando era niña con los dibujos del cuento de Blanca Nieves, y mucho papel de china con el que adorné las lámparas.
Iris, otra de mis cómplices, me llevó a buscar el pastel, los gorros, los espantasuegras, los platitos dibujados y las velas.
¡¡¡Felicidades, hermosa!!! |
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