

Bueno, eran ya las cinco de la mañana y desperté con un malestar en el estómago, consecuencia de la cena de anoche. Pero desde hace unos días he tenido en la cabeza la intención de hacer una obra que por estar en lo del libro y las clases, no había podido ejecutar.
El caso que me levanté, recogí unos cartones de mi bolsa del reciclaje, fui al patio por una tira de madera que tenía y un tramo de alambre, y me dispuse a trabajar.
En principio el personaje de la obra en cuestión, era otro. Pero como siempre, las obras te van llevando, diciendo cuál es el camino, y al final, luego de hora y media, ¡voilá! quedó listo mi trabajo, que pongo a su consideración.
Esta vez, además de que me encantó hacerlo, me dejó muy complacida el resultado.
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