Jorge se desespera fácilmente. Todavía no sabe cómo controlar la prisa que siempre tiene su cerebro y le cuesta concentrarse en el dibujo. Pero a fuerza de práctica y consejos, y armándose con una paciencia que casi no conoce, ha podido hacer estos dibujos, copiados de un libro que le gusta leer al terminar la clase.
Jorge se desespera fácilmente. Todavía no sabe cómo controlar la prisa que siempre tiene su cerebro y le cuesta concentrarse en el dibujo. Pero a fuerza de práctica y consejos, y armándose con una paciencia que casi no conoce, ha podido hacer estos dibujos, copiados de un libro que le gusta leer al terminar la clase.
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Carmen Amato