
Pues sí, todo termina, y mi estancia en este paraíso llega a su final en un día extremadamente lluvioso, como último regalo de Costa Rica en esta visita. Toda la noche parece haber llovido, y así amaneció y sigue el día. Evelsie va a preparar sopa negra para la comida, que se apetece por el frío, y el pobre Puffy se vino a acurrucar a mi cama luego de que pasó toda la noche afuera porque olvidamos abrirle la puerta a nuestro regreso del Club de Horror en casa del Dr. Carlos Aburto.
Tengo casi lista la maleta, y no puedo negar que el estómago ya se me hizo nudo. Porque así me pasa por los viajes, porque como quiera será una despedida, porque llevo muchas cosas en la cabeza, porque tengo curiosidad de qué voy a encontrar a mi regreso...
La casa que me abrigó durante mi estancia, con orquídeas a la entrada, y el adorable Daniel, que voy a extrañar tanto.
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