Bueno, sin que importe qué tan bueno sea para ella, qué tan feliz pueda ser, una no puede evitar sentir esa primera mordida del vacío, del espacio que deja, aunque sea por un tiempo, sin su gesto ni su voz ni sus pasos ni ocurrencias.
Me toca de nuevo quedarme sin la compañía de una amiga. ¡Todas están tan lejos! Claro que tengo sus letras, sus palabras solidarias en cualquier esquina del tropiezo, pero... no vamos a tomar café, ni de compras, ni cocinamos juntas ni jugamos ni cometemos locuras.
Y ahora esta compañera de esas ingenuas correrías, se marcha. A donde la llama el corazón de madre, a donde esparcirá sus alegrías, a donde sembrará nuevos afectos.
Ay amiguita, como te decía, qué buena y qué amarga noticia, tu partida.
Te vas al sur, como querías. Al sur, esa utopía de la que siempre platicamos, donde todo es tan hermoso y bueno y mejor. Al sur, que está tan lejos...
Me toca de nuevo quedarme sin la compañía de una amiga. ¡Todas están tan lejos! Claro que tengo sus letras, sus palabras solidarias en cualquier esquina del tropiezo, pero... no vamos a tomar café, ni de compras, ni cocinamos juntas ni jugamos ni cometemos locuras.
Y ahora esta compañera de esas ingenuas correrías, se marcha. A donde la llama el corazón de madre, a donde esparcirá sus alegrías, a donde sembrará nuevos afectos.
Ay amiguita, como te decía, qué buena y qué amarga noticia, tu partida.
Te vas al sur, como querías. Al sur, esa utopía de la que siempre platicamos, donde todo es tan hermoso y bueno y mejor. Al sur, que está tan lejos...
Comentarios
Mira, quizá estoy equivocado (no recuerdo el segundo apellido de aquella Liz Durand, pero creo que nuestros caminos -el tuyo y el mío- coincidieron el algún momento de nuestras vidas... no llegamos a tener una amistad duradera (las circunstancias), pero sí creció en mí la admiración por el trabajo de aquella incipiente amiga... hasta hace muy poco todavía conservaba una pequeña acuarela regalada por Liz... lamentablemente en una mudanza se extravió...
Tengo un texto que quizá pueda vincularse de alguna manera a este sentimiento tuyo de pérdida ... solo que no puedo dejar un enlace aquí... se llama "Dar vuelta a la página" y está en mi blog
http://gustavosaenz.blogspot.com/
Anhelo con el corazón que seas aquella Liz - a la que recuerdo con cariño - y si no eres ella, espero que nazca entre nosotros una buena amistad; yo también pinto -soy artista visual- y también me gusta manifestar mi sensibilidad a través de las letras.
Un abrazo y un saludo de
Gustavo Sáenz
p.d. si eres aquella Liz (y dale) seguramente te será fácil recordarme si te digo que soy "el joven becario"