Para Yadi
Tu miedo, tu dolor, dámelos, niña.
Entrégame los cardos, la ceniza.
Siente cómo derrite mi corazón tu pena.
Entrégame el hielo de tu espanto:
yo conjuro todo mal que te toque,
te haya tocado o te tocare.
Ven confiada a mi abrazo
donde la luz te espera, niñña.
El aroma del aprecio,
a luminosidad del corazón,
se hacen grandes para ti.
deja esas noches, los sapos, las tinieblas,
los verdugones y la náusea.
Por eso estoy aquí:
porque me toca quererte
tan bonita y tan buena.
Porque me gustan las flores como tú, tan puras.
Quédate en medio de mi corazón
y aprende a crecer como muñeca:
tendrás los más lindos vestidos
y amaneceres venturosos.
En este corazón donde ahora vives
no caben pesadillas ni maldades:
está hecho para que tus manos
adornen sus paredes
y tu voz se desgrane con acento de pájaros.
Entra en mi corazón, pequeña,
donde recogerás un sello:
es un pacto de amor:
cada que vengas,
serás la más feliz de este planeta
y nunca dejarás de ser mi niña.
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