Esta mañana fue la rueda de prensa en la que el movimiento Yo Soy 132 Ensenada manifestó su postura con respecto a la represión sufrida la noche del grito de independencia, como registré en este mismo sitio.
Y mientras el munícipe hace declaraciones incomprensibles por no tener sentido, la prensa se muestra sorprendida por lo que pudo observar en los videos presentados por los jóvenes
Nosotros, los demás, los que apoyamos de la manera que podemos, con el tiempo que nos robamos -como todos- de las cotidianas tareas, vemos a estos jóvenes llenos de ímpetu pero también asistidos por la razón, el análisis, la determinación de no seguir viviendo en un país diseñado por otros que jamás los consideran, como al resto de nosotros.
Veo cómo su juventud lustrosa les da para plantarse con todos los arrestos que muchos ya quisieran, para decir lo que piensan, para manifestar su grito de ¡Ya basta! y a pesar de verse insultados, vilipendiados, ofendidos e incluso agredidos, no caer en la provocación ni la violencia. Su madurez me conmueve y compromete.
Y veo, por otro lado, en un distinto lugar de este descompuesto tejido social, roto, podrido, que ha aparecido un cuerpo más de mujer tirado en alguna calle de la ciudad. Pero los elementos de la policía están para reprimir a los jóvenes, naturalmente. Para someter por la fuerza a jovencitas que pesan la mitad que ellos o menos, si lo hacen entre cuatro. Para aterrorizar a la multitud con niños incluidos durante los festejos en la explanada del palacio municipal...
No veo, por ningún lado veo a la comunidad exigiendo la justicia que debería saber que merece. No veo a la comunidad cobijando y protegiendo a sus jóvenes universitarios. No veo a la universidad pronunciarse por algo, no veo a los medios repudiando lo que sucede... No veo a las madres exigiendo seguridad en las calles para sus hijas, no veo al pueblo solidario en los velorios...
Veo, sí, de repente el miedo. La mirada que voltea para otro lado -¡Aah, Hollowood maravillosa!-, el partido de box más importante, el disimulo a pesar de decir "estoy con ellos".
Veo lo que viví en el pasado, por eso puedo ver el futuro. Pero esta vez no estoy dispuesta a someterme a la amargura o frustración. Empeñaré cada minuto de mi vida este granito de arena, este pequeño o sordo grito escondido en el éter del ciberespacio por si alguien me leyera. Seguiré pensando que educar a los niños es una tarea y haré como siempre lo que pueda para seguir al lado de ellos que algún día mostrarán su respeto al movimiento Yo Soy 132 porque sabrán a ciencia cierta lo que significa. Porque no estarán sometidos a la televisión, a la falta de educación, a la falta de oportunidades. Porque para eso seguimos, y seguimos, y seguimos...
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