Ir al contenido principal

Un pequeño secreto

Era ese instante del silencio nocturno en el que podía escuchar la música de una manera mágica, como metiéndose en sus venas. Los acordes románticos de sus tiempos de flor, de zumbido de abejas y alegrías llenaban la oscuridad con sus notas luminosas.
Pasó de golpe al presente, escuchando esos acordes que le tuvieron el corazón estrujado de felicidad y vida. Se vio en este momento y se dio cuenta de cuánto disfrutaría tener la fiesta de su cumpleaños con todos sus amigos volviendo a ser aquella algarabía de pájaros. Se vio tomada de la mano del galán más hermoso y cinematográfico, y se supo la morada de ese pecho...
Se sintió con otra piel, envuelta en el amor que la rodeaba y del amor que le había sido dado para cada momento de su vida sin que jamás perdiera, aunque pasara. Amor que estaba dentro y fuera, que todo lo curaban, que la dejaba después de las derrotas con una sola rodilla hincada que siempre levantaba para volver a caminar...
Pero no están aquellos pájaros, sus nidos fueron quedando en el pasado, en lugares desconocidos. Y además, se dijo, "faltan dos años para que cumpla La Edad",  pero con todo y eso los veía vívidamente en su fiesta, todos felices escuchando esa música que los desveló y les prendió el corazón y la vida de ilusiones. Los contempló sonrientes, lozanos en su medianía de edad, como si pudiera tocarlos...
Súbitamente, con una risa profunda y convulsionada, con los ojos anegados, se dijo una y otra vez "¡Aquí está! ¡Aquí está! ¡Aquí está!" ¡Es ahorita mi fiesta! Y sintió tal plenitud en su cuerpo, su corazón y su memoria, y tan enorme gratitud en su corazón, que se soltó al llanto y a la risa dando gracias, por mucho, mucho rato.

Comentarios

Lo que más te gustó

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...