Ir al contenido principal

...Hace un año


Yo te digo del beso

                                    para mi hechicero


Yo te digo del beso
que te vuelve hechicero,
que tu mágica lengua
me ha dejado sin aire, sin espacio,
sin voluntad ni aliento
y me tiene rendida
como gacela que come de tu boca.

Toda la miel y el tiempo
se dilatan en tu beso,
se entretiene despacio entre mis comisuras,
me afruta los sentidos,
me dispara las ganas
y yo me sigo dando con tu magia,
dejo salir mi pez hacia tu océano
dejo que cruce tus olas y tus islas,
que repose en tu orilla,
que alborote en las cimas...

Yo te digo del beso
que su cadencia vuelve ríos a mis venas,
me despeña en cascadas,
me columpia en las nubes.
Su secreto calor me dice cosas
que sólo yo comprendo.

Y te digo del beso
que no hay más grande hechizo:
has de saber que has embrujado
a una mujer que estaba rota
porque me diste aliento.
El más dulce,
más fuerte,
más eterno.

Comentarios

Lo que más te gustó

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Laberinto. Poema Liz Durand Goytia, 21 de marzo Día Mundial de la Poesía

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...