El departamento está a 14 grados y casi desde que llegué descubrí que no traje abrigo ni chamarra. Estoy enrollada en una cobija de la Nube, que está envuelta en una sábana de franela de la que no asoma ni los ojos, y tengo puestos dos pares de calcetines, unos míos y otros enormes de mi hijo. Mis dedos saltan erráticos por el teclado porque tengo las manos congeladas y me di a la tarea de encender velas por todo el departamento para intentar calentarlo.
Me gustaría que mañana hiciera menos frío, pero sé que no puedo ser tan optimista. así y todo, creo que vendrán algunos amigos a la presentación de mi poemario. Las generosas presentadoras, Estela Guerra y María Elena Solórzano, invitan el café o chocolate para el frío durante la lectura. Mi amiga Alicia Olivera quedó de traerme un rebozo porque no traje con qué cubrirme el pescuezo y no tolero el aire helado. Mauricio dijo que necesito ir por unos guantes, a ver si al rato en el centro de Azcapotzalco, donde hay de todo como en botica...
Para los niños migrantes Temprano te salieron alas y esparces la ceniza de un vuelo inesperado. Vuelas hacia una tierra prometida que no existe , donde leche ni miel encontrarás. Encerrarán tu vuelo en jaulas y el miedo que aprendiste a dejar lejos regresará a morderte por las noches. Ningún río te besará con agua fresca, ninguna señal de la cruz sobre tu frente te va a guardar de la amargura. Somos testigos de la decapitación de tu infancia, de tu niñez hoy preñada de dolor, de pies cansados y ojos secos. Que la vergüenza nos cubra cada que te preguntes o que pidas, que el corazón nos duela hasta que tengas alas con vuelo renacido.
Comentarios