Ir al contenido principal

Del clima y otras cosas

menos densas... Gran diferencia entre el clima -siempre benigno- de este puerto, y las altas temperaturas que encontré tanto en Huajuapan como en Chila de las Flores y peor aún en Cuautla, a donde fui a parar luego de casi cinco horas desde Huajuapan para saludar a la familia de mi hermano, que no veía desde hace años.
Aquí en la ciudad son las diez de la mañana y estamos a 16 riquísimos grados, el sol no se ha asomado plenamente y de todas maneras, cuando el sol está fuerte, el aire siempre está frío, de modo que en la sombra uno se congela y en el sol, se quema.
Esto, para mí, es mucho más rico que el calor que me hace sudar, me irrita la piel, me impide dormir, me hace tomar agua hasta que quedo toda hinchada, y en fin, me resulta de lo más incómodo.
Encontré vivas a todas mis plantas, no sé bien si por las lluvias o porque me las cuidaron bien, pero siento que todavía no sienten a la primavera en todo su esplendor. El camino por la colina hacia la Ryerson está lleno de flores silvestres amarillas, hermosísimas. Ojalá lloviera más seguido por aquí para tener siempre ese espectáculo verdoso y lleno de vida de los cerros, en lugar del típico color ceniciento...
Lo que todavía me hace falta es una copa de vino, pero como no he comprado queso, no lo he querido abrir.
Ah, y no he contado la horrible experiencia de que llegué a encontrar en casa que Guadalupe me dejó el refrigerador desconectado, de modo que tooooodo lo que estaba en el congelador se descompuso y sigo batallando para eliminar los nauseabundos olores de lo que se pudrió. He frotado con limones, con bicarbonato y ya me dijeron que vinagre, a ver si todo junto termina por funcionar, o no sé si pueda meter una varita de incienso y dejarla hasta que se consuma, a ver si con su aroma se quita el maleficio de la peste. No le he puesto carbón porque me da miedo sacar la bolsa de donde la meto, debajo del lavadero del patio, ha de estar llena de arañas...
Entonces, al rato me lanzo por el queso y el pan!

Comentarios

Lo que más te gustó

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...