Ir al contenido principal

Sobre el maltrato en la clínica 20 del Seguro Social

A manera de denuncia copio la carta que envío a la Comisión Nacional de Medicina, a un médico que al parecer está en Tijuana. Creo que a pesar de lo desesperanzados que podamos sentirnos ante el poder, lo importante es no callarnos.

Estimado señor von Borstel:
Lo saludo cordialmente y le remito esta queja más para cumplir con lo que considero pertinente de mi parte, que con la esperanza de que sirva de algo ya no para el paciente al cual voy a referirme, sino para todos los que tengan la desdicha de ser atendidos por un médico de apellido Hurtado en la clínica 20 del Seguro Social en la ciudad de Tijuana.
Hemos acudido a las consultas para mi hermano, el paciente Jared Omar Durand Goytia, desde hace un tiempo, cuando mi hermano primero con diabetes y luego ya con ambos riñones inutilizados. Se comprende que la copiosa demanda por el servicio provoque problemas en cuanto a la disponibilidad de camas para los pacientes, aunque de todos modos cuesta trabajo entender que un enfermo que debe ser hospitalizado, pase dos días en una silla antes de que le asignen una cama, como le sucedió a mi hermano.
Pero el motivo de la queja no es ése, sólo parte de la historia, que para no extender en tiempo y en espacio, concluyo manifestándole mi repudio y pesar por la actitud del nefrólogo Hurtado, como decía. Es un personaje a quien sus pares consideran problemático y conflictivo aunque "el mejor nefrólogo que tiene la clínica", y a quien sus colega son incapaces de afrontar ni desmentir por conocer sus arrebatos.
A mi hermano, por preguntar sobre sus decisiones acerca de la enfermedad o preguntar más sobre ella o simplemente reclamar por la dieta que recibe en el hospital, contraindicada por su estado, lo tiene catalogado como "paciente problemático".
Cuando, previo a conectar a mi hermano a los aparatos de hemodiálisis, le dijo con animosidad que pensara si quería entrar a hemo porque le calculaba tres horas de vida y no le garantizaba que soportara la hemodiálisis, nosotros consideramos esa acción poco ética e inhumana. Pero mi hermano accedió a entrar a la sala y de eso hace más de dos meses. El médico Hurtado repitió a la esposa lo que le dijo a mi hermano y cuando nos enteramos procedimos a quejarnos con una doctora con quien nos enviaron, de quien por desgracia no recuerdo el nombre pero sé que no es necesario que lo tengan.
Fue ella quien dijo que el doctor siempre había sido problemático pero a cambio era "un excelente médico". Ignoro si ella sabe que parte de esa "excelencia" consiste en espetar desahucios a sus pacientes. Otros pacientes del mismo médico refieren que tiene esa costumbre de decir a los pacientes "tú, te vas a morir" cuando no le caen bien. Algunos mencionaron haberlo demandado o haber amenazado con ello en la subdirección de la clínica y estar en arreglos sobre eso.
Debido a la antipatía expresa que siente el médico hacia mi hermano, dejó de visitarlo y solamente escribía en los papeles un reporte de su salud, que suponemos adivinaba, y los medicamentos a suministrar. Pero un médico que acudió a auscultarlo indicó que sería conveniente que recibiera más tiempo de hemodiálisis y con mayor frecuencia. Mi hermano mandó preguntar a Hurtado si podía recibir eso y no contestó. Cuando fuimos a quejarnos con la doctora le dijimos eso y ella mencionó que habría que confirmar que el corazón de mi hermano resistiera esas hemodiálisis, para lo cual acordó que al siguiente día nos viéramos a las dos de la tarde en la cama de mi hermano para ordenar un electrocardiograma. Y prometió hablar con el doctor Hurtado sobre su conducta.
No cabe duda que lo hizo, porque al día siguiente, a las diez de la mañana y sin que lo hubiera visitado, el doctor Hurtado dio de alta a mi hermano. No pudimos localizar a la doctora para hablar al respecto y mi hermano ya no quiso permanecer en el hospital.
De entonces para acá han sido días terribles dada la situación de mi hermano pero mi queja va contra la actitud de ese médico a quien más bien podría yo tildar de "matasanos".
La sola presencia de un enfermo en un hospital demanda consideración hacia su persona. Entiendo que las jornadas son largas, que les hace falta material, entiendo muchas cosas, menos que un médico sea inhumano y no tenga la menor empatía hacia sus pacientes. Desconozco la razón por la que esta persona resolvió que su vocación era de médico pero es inútil para reparar ese error. Creo, por desgracia, que haría más bien alejándose de pacientes en estado terminal que no merecen de ninguna manera un trato como el que les da.
Que lo cobije y ampare la larga mano de una institución que desde hace tanto tiempo está en tela de juicio, es otra de las desgracias que ocurren sobre el pueblo de este pobre y disparatado país.
Le repito, señor von Borstel, que remito esta queja más para cumplir con lo que considero que debo hacer, que por algún convencimiento de que se tomen medidas al respecto. Qué importancia puede tener un enfermo pobre y desahuciado para un gigante desproporcionado que no sabe fijar su mirada en lo pequeño y humano.
Me apena profundamente ver lo que sucede con la seguridad social, concebida con tan diferentes y lejanas buenas intenciones. Me avergüenza poner una queja así, sobre un médico que debería prestar su vida y sus conocimientos para el bien de sus enfermos. Me apena tener casi la certeza de que, una vez más, mi queja será leída y archivada...en el cajón de la basura y el olvido.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
AGRADESCO INFINITAMENTE TU INTERES Y APOYO PRESTADO A MI PADRE Y ME UNO A TU VOZ MANIFESTANDO ASI TAMBIEN MI DESCONTENTO HACIA DICHO MEDICO.
SALUDANDOTE AFECTUOSAMENTE TU SOBRINO .

Lo que más te gustó

Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...