El motivo por el que ando por estos lares es que voy rumbo a Oaxaca, a participar luego de algunos años de ausencia en el XV Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes. El día de hoy tendremos una lectura en la Delegación Coyoacán, en el Foro Hugo Argüelles, a las siete de la noche, previa al viaje que inicia mañana a las siete de la mañana en autobús.
Es un viaje caleidoscópico: paisajes que no se imaginan, personas que vamos conociendo y reconociendo a lo largo de las horas de trayecto. Estar por una semana entre mujeres que hacen lo mismo que una, que atraviesan por las mismas dificultades, que en cierto modo piensan igual y tienen una sensibilidad que empata con la de una, es algo verdaderamente maravilloso. Tengo grandes amigas salidas del Encuentro. Han sido confidentes, maestras, cómplices, en estas aventuras que me da la vida.
Estoy ansiosa por iniciar el viaje. En Huajuapan de León, a donde llegaremos antes de partir a las comunidades, también tengo amigos entrañables que sólo podemos saludarnos cuando asisto al Encuentro. Y siempre son tan cálidos y cariñosos como si nos viéramos cada día, como si nos saludáramos cotidianamente.
Asistir al Encuentro que ideó Emilio Fuego hace crecer el corazón, hace aprender a querer más no sólo a nuestros semejantes sino a nuestro país, a esos rincones que tiene encaramados entre nubes, olorosos a leña y a rocío. Estar en el encuentro es, por sí mismo, un poema...
Es un viaje caleidoscópico: paisajes que no se imaginan, personas que vamos conociendo y reconociendo a lo largo de las horas de trayecto. Estar por una semana entre mujeres que hacen lo mismo que una, que atraviesan por las mismas dificultades, que en cierto modo piensan igual y tienen una sensibilidad que empata con la de una, es algo verdaderamente maravilloso. Tengo grandes amigas salidas del Encuentro. Han sido confidentes, maestras, cómplices, en estas aventuras que me da la vida.
Estoy ansiosa por iniciar el viaje. En Huajuapan de León, a donde llegaremos antes de partir a las comunidades, también tengo amigos entrañables que sólo podemos saludarnos cuando asisto al Encuentro. Y siempre son tan cálidos y cariñosos como si nos viéramos cada día, como si nos saludáramos cotidianamente.
Asistir al Encuentro que ideó Emilio Fuego hace crecer el corazón, hace aprender a querer más no sólo a nuestros semejantes sino a nuestro país, a esos rincones que tiene encaramados entre nubes, olorosos a leña y a rocío. Estar en el encuentro es, por sí mismo, un poema...
Comentarios