Tejedores de estrellas Olor de chocolate con almendras, recién cortadas ramas en el fuego para envolver en lenguas de oro la palidez de las tortillas. Aroman la comida cotidiana la hoja santa, las hojas de aguacate; las bendice el mezcal con gusto suave calentando jugoso la garganta. En esa casa, prendedor del cerro, el humo de la leña santificalos techos, las paredes, los pies que la recorren. Los cantos de los gallos se suceden uando la madrugada desmadeja su melena temprana por la rueca. Los hilos que tejieron estrellas a la noche recorren los caminos ancestrales. Una mirada pervive en nuevas manos: el ovillo de lana se desata, desparrama color por el telar, se perfuma con hojas de naranjo. Silva el viento: su tacto poderoso me trae olor a tierra, me hace admirar las telarañas y las frutas que penden de las ramas. La noche sube, crecen las estrellas. La luna está en las uñas de mis dedos y el pueblo es un lucero que titila en el telar del cielo. Bueno, algunas de mis compañeras poet...
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias