¡Ya es hora! ¿de qué? ¡de cumplir 65! Así, casual, como que no quiere la cosa vamos iniciando otra de estas vueltas al sol que han traído siempre de todo como en botica.
La idea es quedarme con todo lo bueno, alegre, bondadoso, alentador, lo que enseña y nutre. Aprender a guardar lo que me fortalece, lo que me hace seguir; conservar esa curiosidad que me lleva a asomarme por todas las ventanas, lo que me hace suspirar y enmudecer,
Aquí los guardo a todos, mis amigas, mis amigos: todos son mi familia y mis pilares, maestros y cómplices de ayer, de ahora, de siempre.
Gracias vida, gracias Dios por toda esta ternura que sostiene mis huesos, por esta fuerza que me impulsa los pasos a pesar de todo, por la alegría que estalla como las pompas de jabón que lanzo por mi balcón cada que puedo, por estos insólitos hijos que me tocaron, tan maravillosos. En fin, porque el amor siempre ha estado sin parar, tocándome la puerta aunque me sienta sola.
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