Sí, ya sé que mañana me inscribo al último semestre de la carrera y que tengo que estructurar mi documento recepcional y todo eso... pero verlo ya tangible en una hoja de papel que me mandó mi directora, es otra cosa. Desde que abrí el documento se me aceleró el corazón y no me para, y ando con un nudo en la garganta. Cuando era niña y leía todo lo que encontraba que tuviera letras, me di cuenta de que ir a la Universidad era algo muy importante, porque se aprendía no sólo la carrera que uno eligiera, sino muchas otras cosas que iban formando a las personas con una conciencia del mundo y de sus semejantes y así, según las conversaciones que leía. Además me daba cuenta de que los universitarios inspiraban mucho respeto, y eso era algo que definitivamente yo necesitaba. Sin embargo, apenas terminada la primaria mi padre me retiró de la escuela, lo que seguía sencillamente no era para mujeres y debería ocuparme de la casa y atender a mis hermanos. Claro que tuve que obedecer a regaña...
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias