“La lectura en el S. XXI” José Gordon.
La verdad es que
el presentador no dijo nada acerca de Gordon, excepto que es su gran admirador,
y se notó.
En cuanto al
conferencista, conocido por sus cápsulas de la serie Imaginantes de Televisa,
se refirió a que tanto la ciencia como el arte son indispensables para ver el
mundo con asombro, provocando des cubrimiento de los mapas que correlacionan
los fragmentos del mundo.
Después de
proyectar algunas de esas cápsulas en la pantalla, Gordon relató algunas
experiencias con chicos de secundaria que han tenido acceso a la lectura y por
ende a la escritura. También se declaró fan de Fernando del Paso, homenajeado
en la FIL, y de esa novela grandiosa Noticias
del imperio, de donde leyó algún capítulo al que le hizo una que otra
intervención.
Su exposición fue
larga, recibió aviso para que terminara pero insistió en continuar, lo cual me
causó pésima impresión porque imagino la cara de las organizadoras y de los
conferencistas que le siguieron. Pero finalmente, Pepe Gordon es y se comporta
como una estrella de televisión, qué podíamos esperar.
“La Ciencia es de todos”, Estrella Burgos y Juan Tonda
Juan Tonda nos
indica que la principal razón para que los chicos lean ciencia es que debe
haber una motivación, y un inicio importante para motivar es contar una
historia, explicar con metáforas o anécdotas y provocar emoción en el lector.
Comenta que no es suficiente sólo divulgar la ciencia, sino que ahora es
necesario que los escritos sobre ciencia tengan calidad literaria.
Estrella Burgos,
por su parte, considera que la ciencia es de todos… o debería serlo, y que hay
que promover su lectura porque es lo único que nos da esperanza. Compartió con
nosotros que documentar procesos del descubrimiento provoca interés, el
lector puede distinguir entre ciencia y
lo que no lo es, y se promueve el pensamiento crítico. “Si tuviéramos
pensamiento crítico, antes de votar por cualquier candidato pediríamos pruebas
de lo que ha hecho”, dijo.
Mencionó la
revista “¿Cómo ves?”, de divulgación científica, amena y para todas las edades.
Dijo que “Las buenas historias en la ciencia hacen una promesa”.
Para terminar
recomendó una pequeña lista de libros que comparto:
“Una aventura de
sexo y ciencia”, Pere Estupinyá. “La emoción de descubrir”, de Lawrence
Krumenaker. “Las tentciones de editar nuestro genoma”, de Miguel Ángel Ceballos.
“Cien años de la teoría general de la relatividad”, de Sergio de Régules, y
desde luego, para los chicos, “El libro de las cochinadas”, de Juan Tonda y
Julieta Fierro.
“Divulgar la luz
de la ciencia”, Julieta Fierro

Explica que la
constitución de nuestro cerebro hace que sea indispensable escuchar el sonido
del fonema, para luego escribirlo, así que debe asociarse el sonido a la forma
y debe conocerse y entenderse el significado del símbolo.
Comentó que por
eso es aconsejable incluir imágenes en los textos, y sugirió que hay que
descansar a los niños después de leer, y después de leer ciencia.
Hizo una dinámica
en la que repartió muchos clips entre el público, retándolo a que creara algo
con eso. Anteojos, ganchos para la ropa de Barbie, motocicletas, corazones,
broches para el pelo, aretes… concluyendo que todas las personas podemos ser
creativas, si nos proponemos inventar, y deberíamos hacerlo siquiera cada
semana.
Señaló que es
importante publicar “ciencia para mujeres” porque “la lectura equivale a tener
una mamá con maestría”, refiriéndose al hecho de que los hijos de madres con
maestría tienen mejores calificaciones.
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