Luego de estas muy intensas semanas de estar en las redes sociales al tanto, segundo a segundo, del avance de las campañas políticas con dimes y diretes, siento que vamos madurando como sociedad, que aprendemos a seguir respetando y tolerando a quienes no piensan igual, y que nos hermanamos con aquellos que sienten como nosotros aunque no los conozcamos. Todos en este país, sea cual sea nuestra preferencia electoral, tenemos la esperanza de ver que sale a flote, estamos ávidos de recuperar el orgullo nacionalista ahora tan criticado y llamado "patriotero". Estos días nos han servido para ver cuánto nos parecemos tanto en nuestros penares como en nuestras esperanzas. Los que están muy bien en este país son verdaderamente pocos. Los demás somos tantos que tendremos que poder cambiar el rumbo. Mañana, finalmente, a temprana hora, millones de corazones rebosantes compartirán la alegría de emitir su voto, su voz, para determinar este destino que se han empeñado en enturbiar. Ma...
Retrato de mis días, aventuras en la pintura, la poesía y demás estancias