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Observaciones para una niña de plata

La niña está en el espejo,
niña vestida de negro.
Un mazo dobla sus hombros
pero no rompe sus huesos.

Carga ese peso la niña
pálida de tez y cuerpo
sin que una mano dé ayuda
ni levante infame hierro.

Ya mira en el horizonte
la luz que desencadena,
ya mira escrito en su mano
el final de su condena.

¡Sube niña al arcoiris,
toca la luna de seda!
Engalana tus cabellos,
perfúmate de azucena.

Dale pecho al corazón
que tanto estuvo de duelo
y deja que esta canción
te devuelva los anhelos.

Comentarios

Liz Durand Goytia ha dicho que…
Wow! ¡Qué boniiitooo...! De esos "bonitos" que me arrancas, inclusive en poemas fuertes. Cómo logran tus palabras revivir en quien los lee. Ellos son como hologramas de camaleones, que vuelven a tomar forma cuando se meten a las pupilas de nosotros -tus lectores-, apoderándose luego en los sentidos de uno; expresando lo que el protagonista siente - o recordándole lo sentido la primera vez que lo vivió - ... Gracias, Lizzy (Beso).
(De parte de Yadi)
Walter G. Greulach ha dicho que…
Hermoso amiga. Me encantó!!!

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