En general, las vistas son de los niños, ya sea en el sitio La Matanza, donde los señores mayores nos dieron un recorrido indicando lo que se hacía en cada lugar durante la matanza de chivos, o en las escuelas, a donde también personas mayores llegaron para compartir sus memorias con los niños. El tema de la migración se trabajó casi en todas las escuelas, además de las memorias con las cuales buscamos nuestras raíces.
Otras fotos corresponden a la belleza del paisaje, aunque veo que las fotos no hicieron mucha justicia al impresionante espectáculo de contemplar al Nudo mixteco, ese conjunto de montañas imponentes que hace tan difícil la orografía de Oaxaca, el quinto estado más grande de nuestro país.
Otras de las fotos corresponden a algunos de los trabajos que hicieron los niños, otras de un taller de profesores y finalmente, en donde aparecen adultos trabajando en el taller, es el que hicimos de poesía en la cárcel, y evito decir en dónde por aquello de que entré con la cámara de contrabando... Y también habrá alguna foto en donde estamos en nuestra junta de evaluación, en un café.
Todo fue una gran experiencia, trabajo intenso y mucha energía, además de ver concretarse cada vez más un sueño.
Ah, olvidaba decir que conocí la pitahaya, un fruto de apariencia y color hermosísimos con un gusto sumamente delicado, creo que más bien el sabor está en su contemplación. El cactus de la foto lo produce.
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