No es que vuelva porque lo tengo todo el tiempo en la cabeza para encontrarlo en cuanto lo detecte en alguna calle de alguna ciudad, en cualquier momento.
Pero vuelve porque ayer platiqué de él con el Güero y dice que se puede conseguir a un precio accesible. Yo sé que él tiene grandes habilidades para trabajar con autos, así que para mis adentros pensé socarronamente en embarcarlo también para que me ayude a transformar el autobús amarillo en aula, con mesas para trabajar y espacio para almacenar materiales.
No es que vuelva: mi decisión de pensar constantemente en mi autobús amarillo tocando una campana como las escuelas de antes en las colonias en donde los niños no tienen escuelas o no tienen clases de arte ni de literatura, es algo que mantiene fresquita mi esperanza.
De nuevo, ayúdame a pensar en mi autobús amarillo...
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