Esta tarde en el Cearte de Ensenada una lectura de poesía con varios autores de la región. Claro que soy invitadacolada y agradezco a Peggy Bonilla la invitación.
El título de esta actividad me parece encantador, aunque no tengo muy claro lo que significa Calafia, si bien creo haber leído que está relacionado con el nombre de California.
En este puerto ya cambió el clima y el frío se va ausentando paulatinamente, sin que deje de refrescar por las noches. Mis rosales, tan afectados por el duro invierno, comienzan a asomar con timidez los botones de sus flores y lo verde reverdece. Hace siempre un aire de febrero que me parece extraño por falta de costumbre, pero imagino que es la vida porteña.
Y anoche, el festejo del cumpleaños de Alex con algunos amigos en la casa. Botanitas y pastel con vela y toda la cosa. Claro, sin que faltara el toquecín deprimido por parte del "cuasicuarentón" (todavía le falta) de mi marido, que por alguna razón no detecta en el espejo que sí, que se está cayendo de bueno aunque peine algunas canas y poco pelo...
Así que como dijo Frida Kahlo: "Viva la vida".
(Y yo por eso quiero mi autobús amarillo).
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