El Grito de Mujer comenzó a resonar desde los primeros días de marzo en todo el mundo. Y desde un punto del mundo llamado Modesto en California, Estados Unidos, mi amiga poeta Vielka Solano me invitó entre otras poetas a la Noche de Poesía que conmemoraría el tema de "Grito por mí". Así que nos hicimos a la idea y en menos de lo que pensamos, ya estaba yo de viaje.
¡La perdida que les di! me salí por donde no era y no me hallaban para recogerme, pero desde luego tres mujeres en una camioneta pueden cambiar al mundo -sí, tres, porque ya habían encontrado a Carmen Julia, que llegó después que yo- me hallaron al fin en el punto del aeropuerto de San Francisco en donde se me ocurrió pararme para llevarnos a conocer el barrio latino, comprar impresionantes artesanías de chaquira, y ver algunas cosas antes de ir para Modesto, a unas dos horas de ahí.
Karlha fue la guía y conductora del auto. Fuimos a una famosa comida mediterránea, para luego dirigirnos a Presidio a una playa preciosa, en el atardecer. También pasamos a comprar unos encargos de una de ellas en un dispensario y de ahí salimos a encontrarnos con una lunota en la carretera, todas felices hablando de las cien mil cosas que no recuerdo porque mi memoria lo que tiene bien registrado es el sonido de las carcajadas y los suspiros de asombro por el tamaño de la luna.

Entrar en detalles acerca de la anfitrionía y generosidad de nuestra querida Vielka, que nos recibió en su casa, requiere un tomo aparte. Sencillamente es una mujer que si pasa cinco minutos sin dar algo a alguien, siente que se muere. Disfrutamos de su tiempo, sus atenciones, sus cosas, sus regalos, su comida, su atención como médica, su cariñoso abrigo y su incansable buen humor, todo lleno de poesía.

Organizó lecturas en Delta College en Stockton, Family Resource Center y Primaria Franklin y Modesto High School con la ayuda de sus inseparables, inspiradas, colaboradoras y entrañables cómplices de aventuras Zenaida, Dina, Ana, Karlha...

Y en este punto detengo la crónica porque me parece muy importante compartir mis impresiones con respecto a esas mujeres que trabajan por su comunidad. Todas son de origen latino, orgullosas de sus dos culturas. Todas trabajan buscando mejorar la condición de las mujeres y habitantes de Modesto tomando medidas y acciones para conseguirlo. Desde lo que vi, son el perfecto ejemplo de SORORIDAD: uno pensaría que las parió la misma madre. En ningún momento observé el menor resquicio de envidia, de protagonismo, de juicios ni crítica. Justo lo contrario: se dicen cuánto se quieren, se apapachan entre todas, reconocen y justiprecian el trabajo de las otras y todo con una armónica alegría llena de abrazos y sonrisas. Ejemplar.
Bueno, pues las lecturas en foros y en casa fueron bálsamos para mi alma, la convivencia tan cariñosa me significó una gran joya en estos días en que a veces me siento alicaída, pero como si supieran, en la noche de la presentación me pusieron mis alas, y son con las que volaré tan lejos que llegaré a mi tierra a comenzar de nuevo la vida.
Doy gracias a Dios y al universo por haberme puesto de nuevo en un punto en el que bebí de amor, de poesía, de alegría y de sororidad cuando más sed tenía.
¡La perdida que les di! me salí por donde no era y no me hallaban para recogerme, pero desde luego tres mujeres en una camioneta pueden cambiar al mundo -sí, tres, porque ya habían encontrado a Carmen Julia, que llegó después que yo- me hallaron al fin en el punto del aeropuerto de San Francisco en donde se me ocurrió pararme para llevarnos a conocer el barrio latino, comprar impresionantes artesanías de chaquira, y ver algunas cosas antes de ir para Modesto, a unas dos horas de ahí.


Entrar en detalles acerca de la anfitrionía y generosidad de nuestra querida Vielka, que nos recibió en su casa, requiere un tomo aparte. Sencillamente es una mujer que si pasa cinco minutos sin dar algo a alguien, siente que se muere. Disfrutamos de su tiempo, sus atenciones, sus cosas, sus regalos, su comida, su atención como médica, su cariñoso abrigo y su incansable buen humor, todo lleno de poesía.

Organizó lecturas en Delta College en Stockton, Family Resource Center y Primaria Franklin y Modesto High School con la ayuda de sus inseparables, inspiradas, colaboradoras y entrañables cómplices de aventuras Zenaida, Dina, Ana, Karlha...

Y en este punto detengo la crónica porque me parece muy importante compartir mis impresiones con respecto a esas mujeres que trabajan por su comunidad. Todas son de origen latino, orgullosas de sus dos culturas. Todas trabajan buscando mejorar la condición de las mujeres y habitantes de Modesto tomando medidas y acciones para conseguirlo. Desde lo que vi, son el perfecto ejemplo de SORORIDAD: uno pensaría que las parió la misma madre. En ningún momento observé el menor resquicio de envidia, de protagonismo, de juicios ni crítica. Justo lo contrario: se dicen cuánto se quieren, se apapachan entre todas, reconocen y justiprecian el trabajo de las otras y todo con una armónica alegría llena de abrazos y sonrisas. Ejemplar.
Bueno, pues las lecturas en foros y en casa fueron bálsamos para mi alma, la convivencia tan cariñosa me significó una gran joya en estos días en que a veces me siento alicaída, pero como si supieran, en la noche de la presentación me pusieron mis alas, y son con las que volaré tan lejos que llegaré a mi tierra a comenzar de nuevo la vida.
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Prometo hacer honor a mis alas |
Doy gracias a Dios y al universo por haberme puesto de nuevo en un punto en el que bebí de amor, de poesía, de alegría y de sororidad cuando más sed tenía.
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