Silencio es ahora lo que hay entre nosotros.
Cada uno con una ausencia que todavía no se desdobla
para extenderse por los días y los recuerdos.
Aún no llegan el frío ni la noche al corazón,
y el llanto no ha sido convidado.
Pero los calendarios del dolor son inmutables
y lentamente acuden cruzando nuestros días.
Ya vendrán la ceniza y las lágrimas
a cubrir las memorias y oscurecernos la vida
hasta que el sol se apiade de nosotros.
Cada uno con una ausencia que todavía no se desdobla
para extenderse por los días y los recuerdos.
Aún no llegan el frío ni la noche al corazón,
y el llanto no ha sido convidado.
Pero los calendarios del dolor son inmutables
y lentamente acuden cruzando nuestros días.
Ya vendrán la ceniza y las lágrimas
a cubrir las memorias y oscurecernos la vida
hasta que el sol se apiade de nosotros.
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