Por razones de estudio, de pereza, de crisis, de calor, de cumpleaños, de lo que quieran. Pero aquí estoy de nuevo en este soliloquio que de vez en vez es roto por otras voces que responden o animan o ¿por qué no? reconvienen... Estamos en Ensenada a 30 grados de temperatura, lo cual es insólito para el temperamento de este lugar, de suyo fresco y grato. YA se sabe: siento que me ahogo, siento que me vaporizo, no puedo estarme quieta y todas esas cosas que no calman el agua fría o la limonada con hielo. La temperatura política, por otro lado, parece haber disminuido, aunque no creo que se haya enfriado por completo. Seguimos pensando que somos víctimas de un deshonroso robo, un fraude que no queremos permitir, seguimos pensando que fue completamente deshonesto comprometer a la gente a votar a cambio de dinero que ahora resulta que de dónde salió... Pero entre paréntesis, ayer fue mi cumpleaños y tuve un festejo feliz, personal, intenso y amoroso. Contemplar el líquido, ond...