Definitivamente no es el espacio para ponerme a hacer el recuento de la vida y la obra de esta extraordinaria actriz que desafortunadamente para nosotros, abandonó este mundo el día de hoy. Baste decir a manera de homenaje, que he sido gran admiradora de su trabajo y su belleza, ambas cosas singulares. Desde una película que vi con Orson Wells donde ella es un pequeña huérfana -hermosísima, casi rapada- hasta los peliculones como De repente un verano o Quién teme a Virginia Woolf, la señora era una diosa en la interpretación. Su vida privada me resulta apenas conocida excepto por la cantidad de maridos que siempre publicitó la prensa, y lo que se me grabó mucho fue su historia de amor con Richard Burton porque cuando yo era chica siempre aparecían noticias al respecto y eran la comidilla.
No hace tanto tiempo que le pregunté a mi madre la historia de los nombres de sus hijos, y me vine a enterar que el mío lo debo a su admiración precisamente por Liz Taylor, de manera que siento una pequeña liga especial hacia ese personaje a quien debo mi nombre, que por lo demás, siempre me ha gustado y en la escuela o el trabajo nunca tuve tocayas, cosa rara. Dice mi madre que cuando me bautizaron el sacerdote no quería ponerme ese nombre porque "no era cristiano", hasta que le explicaron que era algo así como Isabel pero en inglés...
En casa de mi abuelo Manuel había un calendario en la pared, con el hermoso rostro de la actriz, y tenía la particularidad -no sé si real o mítica- de que parecía seguir a uno por donde se moviera con la mirada. A mi no me parecía extraño pero creo que a algunos de mis hermanos los asustaba, y no recuerdo quién cuando subía a la recámara donde estaba, lo volteaba hacia la pared para no verlo...
Probablemente, eso lo desconozco, mi madre heredó esa admiración de sus padres, y no sé hasta qué punto me haya ocurrido igual a mí, aunque no recuerdo para nada a mi madre hablando de Liz Taylor...
En fin, honor a quien honor merece, y ella es una diva permanente del cine de todos los tiempos, al igual que una mujer de belleza irrepetible. Descanse en Paz.
No hace tanto tiempo que le pregunté a mi madre la historia de los nombres de sus hijos, y me vine a enterar que el mío lo debo a su admiración precisamente por Liz Taylor, de manera que siento una pequeña liga especial hacia ese personaje a quien debo mi nombre, que por lo demás, siempre me ha gustado y en la escuela o el trabajo nunca tuve tocayas, cosa rara. Dice mi madre que cuando me bautizaron el sacerdote no quería ponerme ese nombre porque "no era cristiano", hasta que le explicaron que era algo así como Isabel pero en inglés...
En casa de mi abuelo Manuel había un calendario en la pared, con el hermoso rostro de la actriz, y tenía la particularidad -no sé si real o mítica- de que parecía seguir a uno por donde se moviera con la mirada. A mi no me parecía extraño pero creo que a algunos de mis hermanos los asustaba, y no recuerdo quién cuando subía a la recámara donde estaba, lo volteaba hacia la pared para no verlo...
Probablemente, eso lo desconozco, mi madre heredó esa admiración de sus padres, y no sé hasta qué punto me haya ocurrido igual a mí, aunque no recuerdo para nada a mi madre hablando de Liz Taylor...
En fin, honor a quien honor merece, y ella es una diva permanente del cine de todos los tiempos, al igual que una mujer de belleza irrepetible. Descanse en Paz.
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