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Con el frío...

Bueno, con el frío se me congelan las manos, no quiero tomar agua, me aterra ir al baño, me dan ganas de quedarme en pijamas, me antojo de café a toda hora... y me duelen los huesitos.
El clima no ha sido intolerable, pero ha enfriado de un jalón en los últimos días, con rachas de viento fuertes y heladas, sobre todo por la noche, no se antoja salir.
En casa me instalo en el taller para terminar mi libro de arte, contestar mi correo, escuchar música, dar la clase a Sofía, departir con Adriana que vino a trabajar su libro, y esperar la visita cotidiana de la hija que acaba de entrar a trabajar.
Pero este día además de levantarme a tomar un poco de sol en el traspatio, poner ropa en la lavadora, levantar la cocina, hacer de comer, sacar a los perros... ¡estuve esperando la visita de mi hijo! Sí, vino de trabajo a Tijuana, Mexicali y Ensenada. A las once de la mañana tomó el autobús y cuando menos sentí ya estaba en la terminal, esperándome. Venía con mucha hambre y por supuesto que le encantó el pollo que hice estilo mediterráneo con pan blanco calientito y nuestro vino shiraz delicioso. Cayó rendido, y con el frío no se ha querido mover, sigue en mi cama desde hace rato cobijado con los perros.
A veces resulta un poco extraño, de vez en vez, volver a ver juntos a los hijos en mi casa. Porque tiene ya mucho tiempo que vivimos en lugares separados por muuuuucha distancia, y de repente escuchar sus voces y sus risas en la casa como cuando eran niños, me derrite el corazón, me pinta una sonrisa, me llena de alegría y agradecimiento y me hace que guarde esos momentos en un lugar más que especial.
Mañana Mauricio va a trabajar por la mañana y luego ¡veremos! a ver a dónde nos lleva la vagancia, ya sea en la casa o afuera...

Comentarios

Alex Escalante ha dicho que…
Me da mucho gusto que seas tan feliz :D

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Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

Hoy tocó la revisión médica de Paola aquí en Ensenada. Le habían pedido que se hiciera unos estudios para ver las condiciones del hígado y una biometría hemática. Tiene ya casi un mes que le disminuyeron los medicamentos, y en lugar de 39 pastillas semanales, ahora toma nueve. La sorpresa para la doctora y la enfermera que la atienden, fue que los resultados del hígado son normales, y no tiene anemia. Dijeron que en 20 años, es la primera persona a quien se da un tratamiento intensivo por seis meses y además, no aparecen secuelas del medicamento. Sí, sorprendente, pero ¿sorprendente? ¿Y las veladoras con las mejores intenciones que llevaron mis amigas poetas a la Catedral en Oaxaca? ¿Y todas esas energías positivas que desde el fondo de sus corazones me enviaron familiares, amigos, conocidos y hasta desconocidos cuando me veían penando por mi hija? ¡Claro que tenía que resultar! Ahí está ella, la princesa del poema Ojos de veladas lunas, ahora radiante, con más dinamismo y con aspecto ...

Cuando ronda la muerte

En realidad todos estamos a las puertas de la muerte. Cuando niños, mis hijos se asustaban cuando yo decía "no sé si mañana voy a amanecer muerta" pero es algo que siempre me ha quedado claro. Lo difícil es aceptar la otra muerte, la de alguien más. Y últimamente he pasado ya algunos sustos. Porque por más que sepamos que es un paso más, nos asusta tener que prescindir de quienes queremos, nos duele no verlos cuando se nos antoje, nos martiriza pensar en no tener más sus palabras... Y ahora pareciera que le toca a él, al más fuerte de mis hermanos. Todos son unos animalotes como siempre he dicho, pero él ha sido diferente. Si se marchó de la casa a los once años con un circo que visitaba Orizaba, es porque era diferente ¿no?. Pasaron años hasta que dimos con él y cuando volví a verlo parecía una estatua: enorme, bien formado, moreno y con un vozarrón que dejaba clara su presencia. Decidió como pocos que viviría la vida a su manera, y ha sido congruente. Por eso ahora me dice...