El mundo está lleno de causas, las que abraza la gente para conseguir que algo cambie, por ejemplo. Pienso en cuántas cosas debieran cambiarse para que este mundo fuera más equitativo y siento cómo me rebasa el esfuerzo. Porque, mirando detenidamente, a veces parece que lo único que podemos hacer en esta vida es tratar de enderezar un rumbo muy torcido por otros que nos precedieron y otros que, en el mismo tiempo en el que nosotros ponemos un granito de arena, ellos lo tiran por la borda.
A veces, cuando me levanto y por alguna razón me alcanzan las noticias, o cuando voy por el mercado y escucho alguna conversación o si una amiga me comenta cosas, siento que cada vez me cuesta más trabajo sostener mi optimismo y me da por pensar si realmente seguirá valiendo la pena seguirlo intentando.
Porque no veo que, con todos los años que he trabajado voluntariamente en comunidades, con todos los esfuerzos que he hecho en algún momento por darle ayuda a alguien, el mundo realmente cambie: siguen asesinando mujeres en todos lados, siguen siendo explotados los niños, sigue estando la riqueza sólo en unas manos, y así hasta el infinito...
Pero no, sé que no tengo que dejarme llevar por el desaliento y que no ha llegado la hora para que deje de creer en el granito de arena. Sé que, no importa cuánto me cueste, seguiré creyendo que alguien como tú que me lees, o alguien que jamás me ha leído ni me leerá, hará su parte, construirá pequeños puentes hacia el mundo que queremos, y que, eventualmente, el mundo -y el ser humano- serán mejores. Y no importa que no me toque verlo ni que nadie recuerde mi existencia, lo importante es que no deje de hacer mi parte.
A veces, cuando me levanto y por alguna razón me alcanzan las noticias, o cuando voy por el mercado y escucho alguna conversación o si una amiga me comenta cosas, siento que cada vez me cuesta más trabajo sostener mi optimismo y me da por pensar si realmente seguirá valiendo la pena seguirlo intentando.
Porque no veo que, con todos los años que he trabajado voluntariamente en comunidades, con todos los esfuerzos que he hecho en algún momento por darle ayuda a alguien, el mundo realmente cambie: siguen asesinando mujeres en todos lados, siguen siendo explotados los niños, sigue estando la riqueza sólo en unas manos, y así hasta el infinito...
Pero no, sé que no tengo que dejarme llevar por el desaliento y que no ha llegado la hora para que deje de creer en el granito de arena. Sé que, no importa cuánto me cueste, seguiré creyendo que alguien como tú que me lees, o alguien que jamás me ha leído ni me leerá, hará su parte, construirá pequeños puentes hacia el mundo que queremos, y que, eventualmente, el mundo -y el ser humano- serán mejores. Y no importa que no me toque verlo ni que nadie recuerde mi existencia, lo importante es que no deje de hacer mi parte.
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