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Abismos de ceniza

Deseas para este año futuro, tratando de que la pesadez no permanezca, no siga anclándose  lo que eres a una argolla densa, inamovible, tratando de encontrar algo de gracia, un poco de bondad  y enorme fortaleza. Porque cuando te duele un dedo es una queja, pero cuando te duele todo el espacio que está fuera del dedo, te aniquila. Tienes que hacer escudos prodigiosos para ocultar el pecho, guardar tus margaritas, doblar en cuatro a la luna para seguir cultivando a la esperanza.
Hecho un titán das pasos por la espina que es la vida; por más que hiera contiene a la belleza en su centro de savia palpitante y dura, en su destello de luz donde la punta. Avanzas como un coloso los traspiés del calendario, cada día que has salvado tiene un premio de estrella que mantiene el diminuto fulgor que va cubriendo tu alma.
Y para el cuadro en el que pienses cuando evoques al año, no quieres ver gargantas oxidadas, no deseas que los colores sean oscuros o muertos.
Para evocar al año necesitas retoños de colibrí, vaho de nube, cascabel de serpiente. Aire de piedras húmedas y perfumadas, y evocarlo sin que te precipites por los abismos llenos de ceniza.


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Esta mañana Dr. Chipocles

Desde la cama me puse a ver noticias. Sé que no es -ni con mucho- la mejor manera para levantarse, pero lo hice sin pensar. Encontré que estaban dando un reportaje acerca de un médico en el Hospital de Pediatría de la ciudad de México, en donde todavía ando por suerte. El doctor especializado en oncología ha sido bautizado por sus pequeños pacientes como "Dr. Chipocles", que es la manera que tenemos los mexicanos para denominar a alguien que es muy bueno en lo que hace, y lo que no sé es por qué se eligió el nombre de un chile -chipocle, chipotle- para eso. El caso es que este médico inusitado es tan sensible que no solamente se disfraza de distintas cosas para ir a trabajar como el famoso Dr. Patch Adams, sino además, al ser entrevistado sobre su trabajo, termina diciendo, con la garganta cerrada y lágrimas en los ojos, que se considera un ser especial por poder hacer el trabajo que hace. Y lloró cuando mencionó a sus niños enfermos que ya no están con nosotros. Tengo que ad...

Sorprendente

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Cuando ronda la muerte

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