Estoy padeciendo "principios de mayo", mis síntomas son:
tardar rato escuchando a los pájaros y desatender lo que me está diciendo una persona; despertar muy temprano con la idea de buscar la cara al sol y sentirlo tímido a esa hora en mi piel. Pararme a cada rato frente a la ventana para percibir la corriente de aire deliciosa en el cuerpo. Salir al patio a mirar el cielo. Dejar la compu o el quehacer para ir a hacer unas pompas de jabón al patio. Quererme traer a casa todas las flores que han crecido en las orillas de las banquetas y en los terrenos baldíos. Observar detenidamente los avances en mis macetas. Comer la fruta a mordidas y bañarme con su jugo.
Encima de todo eso, que me ocupa mucho tiempo, tengo que seguir organizando lo del Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo, que se hace por la paz, sí, por esta paz que en mi pequeño mundo doméstico disfruto mucho pero que para tantísima gente sencillamente no es posible porque quizá no tiene ni siquiera un techo, un bocado, una cobija. Eso es violencia, la inequidad es violencia, y sigo junto con todos mis colegas poetas y eternos soñadores creadores pensando que hay que poner este granito de arena para lograr que un día que no veremos, la paz y mis síntomas de mayo estén presentes en todos los humanos.
tardar rato escuchando a los pájaros y desatender lo que me está diciendo una persona; despertar muy temprano con la idea de buscar la cara al sol y sentirlo tímido a esa hora en mi piel. Pararme a cada rato frente a la ventana para percibir la corriente de aire deliciosa en el cuerpo. Salir al patio a mirar el cielo. Dejar la compu o el quehacer para ir a hacer unas pompas de jabón al patio. Quererme traer a casa todas las flores que han crecido en las orillas de las banquetas y en los terrenos baldíos. Observar detenidamente los avances en mis macetas. Comer la fruta a mordidas y bañarme con su jugo.
Encima de todo eso, que me ocupa mucho tiempo, tengo que seguir organizando lo del Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo, que se hace por la paz, sí, por esta paz que en mi pequeño mundo doméstico disfruto mucho pero que para tantísima gente sencillamente no es posible porque quizá no tiene ni siquiera un techo, un bocado, una cobija. Eso es violencia, la inequidad es violencia, y sigo junto con todos mis colegas poetas y eternos soñadores creadores pensando que hay que poner este granito de arena para lograr que un día que no veremos, la paz y mis síntomas de mayo estén presentes en todos los humanos.
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