Estuvimos frente al sueño que fluía como un cauce.
Ellos llevaban adentro tanta luz que su danza era un canto bajo el agua.
Vimos el vuelo de un querubín quemando sus alas contra el cielo
mientras la arena finísima rodaba en el desierto.
Hablaba el río, que marchaba llevándose una barca,
dejándonos salpicaduras esplendentes que nos llevaron al alba.
Tú, de terciopelo y fuego, fundiste miel para mis venas.
Yo le ofrecí a a luna la cadencia del beso
y dormí bajo el ala de cuervo que me regaló la noche.
Ellos llevaban adentro tanta luz que su danza era un canto bajo el agua.
Vimos el vuelo de un querubín quemando sus alas contra el cielo
mientras la arena finísima rodaba en el desierto.
Hablaba el río, que marchaba llevándose una barca,
dejándonos salpicaduras esplendentes que nos llevaron al alba.
Tú, de terciopelo y fuego, fundiste miel para mis venas.
Yo le ofrecí a a luna la cadencia del beso
y dormí bajo el ala de cuervo que me regaló la noche.
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